Los cazadores renuncian a hacer batidas de jabalí en el Desert en el arranque del año

La Conselleria de Medio Ambiente no ha recibido ninguna petición de batidas o ganchos de jabalí en el refugio de fauna del Desert de Les Palmes durante el arranque del año. Tradicionalmente, en el primer trimestre del año, el departamento autonómico solía autorizar la realización de este tipo de actuaciones para controlar la población de jabalís, que ha crecido de forma importante durante los últimos años.

Boicot

La razón de la falta de solicitudes obede, de un lado, a las acciones realizadas en años anteriores para boicotear este tipo de batidas. Y es que, según fuentes de la federación de caza de Castellón, las últimas que se autorizaron no se pudieron realizar por la problemática con los grupos animalistas. Además, en aquel momento no conllevaba ningún tipo de sanción para las personas que asaltaban una batida y los clubs de cazadores perdían tiempo y dinero, sin ser su acotado.

Sanciones

No obstante, desde el 1 de enero del 2024 las modificaciones legislativas a la ley de caza permiten sancionar con multas de hasta 3.000 euros a quienes boicoteen batidas. En concreto, entorpecer, dificultar, interrumpir o impedir acciones colectivas de caza legalmente autorizadas en orden a su preparación, organización, ejecución y posibilidades de optimizar resultados se considerará infracción grave con sanciones que pueden ir de los 301 a los 3.000 euros.

No moverán ficha

Sin embargo, las mismas fuentes señalan que los clubs no moverán ficha hasta que la administración no se ponga a favor de los cotos o solicite su intervención. En otras palabras, hasta que la administración nos llame para pedirnos ayuda como la primera vez, que nos avisó a los cotos colindantes o al término municipal al que pertenece. Así fue como comenzaron a realizar las batidas", apuntaron.

Regulaciones

Entre las novedades en la ley de caza se prohíbe entorpecer, dificultar, interrumpir o impedir acciones colectivas de caza legalmente autorizadas en orden a su preparación, organización, ejecución y posibilidades de optimizar resultados. Se considerará infracción grave con sanciones que pueden ir de los 301 a los 3.000 euros. Los cazadores llevaban años sufriendo boicots, como el que se produjo en el Desert en el 2020, donde animalistas obligaron a suspender una batida de jabalí. También se repitió en el 2022. 

Nueva orden de caza

Hay que recordar que la Conselleria de Medio Ambiente está tramitando un proyecto de Orden para regular la caza y control del jabalí mediante el que se derogará la Orden actual (Orden 22/2021). El nuevo texto se someterá a información pública próximamente.

La normativa incluye, por primera vez, un articulado específico relativo al control de la especie en entornos urbanos y urbanizables, a fin de dotar de mayor seguridad jurídica a las actuaciones de control que procedan en estos entornos, y servir de precedente para el desarrollo de un protocolo específico de actuación.

Desde el departamento que dirige Salomé Pradas, se pretende facilitar a los cazadores aquellas cuestiones que no les han resultado prácticas de aplicar con la norma anterior. Por ejemplo, con una nueva regulación del cebado se permitirá su uso exclusivamente en primavera para mejorar la eficacia de las acciones de caza individuales, también se facilitará el control de los accesos a las cacerías colectivas y se tenderá a una menor gestión administrativa.

Además, la nueva norma flexibilizará y simplificará el régimen de intervención administrativa previsto para la comunicación determinadas cacerías colectivas, permitiendo una respuesta más ágil y eficaz del colectivo ante determinadas circunstancias de sobreabundancia.

Alegaciones

Por su parte, Ecologistes en Acció del País Valencià ha presentado alegaciones a la orden que regula la caza del jabalí en Comunitat , en las que propone cambios sustanciales al considerar que se mantiene «una grave carencia en relación con la seguridad y aspectos técnicos de control de especies». Según la organización esta modificación «se acoge a unos principios procaza en lugar de contemplar controles que regulen su población» y «mantiene una grave carencia en relación con la seguridad y aspectos técnicos de control de especies».