DETECCIÓN EN VARIAS COFRADÍAS

Alerta en la pesca de Castellón: llega una especie invasora que puede poner en peligro al langostino

La Generalitat valenciana emitió una ficha en la que apunta a su "gran capacidad de colonización"

Tres ejemplares de la especie invasora.

Tres ejemplares de la especie invasora.

Puede confundirse con una variedad de gamba blanca, pero en realidad es una especie invasora, que ya ha puesto en jaque a la pesca en algunas zonas del Mediterráneo, pues crece a costa de consumir los recursos de las variedades autóctonas. Se conoce popularmente como langostino café o langostino del Caribe (Penaeus aztecus) y ya se ha detectado su presencia en la costa de Castellón. En las cofradías del norte de la provincia no es un desconocido. En Vinaròs empezaron a verlo hace unos dos años, capturado por barcas de trasmallo y arrastre. Desde la cofradía de Peñíscola, Manuel París mencionó que hay «poca información hasta ahora, pero empezó a verse hace unos meses».

Añadió que, en un primer momento, «se creyó que era gamba blanca procedente de costas como Almería, que habría llegado a estas aguas por el aumento de las temperaturas».

Langostinos capturados por una barca de Vinaròs.

Langostinos capturados por una barca de Vinaròs. / Javier Flores

Aguas colindantes

En el litoral próximo del Delta del Ebro es donde existen más referencias al respecto. Un estudio del Instituto Catalán de Investigación para la Gobernanza del Mar menciona que se ha detectado su presencia en casi todas las localidades de este área, contigua a la costa norte castellonense. Por el momento sus capturas son escasas, y suele comercializarse camuflado entre gambas y langostinos, debido a su parecido a primera vista. Cuando más ejemplares se pescaron fue en octubre, coincidiendo con el final de la veda.

Puerto de Peñíscola.

Puerto de Peñíscola. / Alba Boix

Amenaza

Por el momento no hay un gran impacto. Por su semejanza con el reconocido langostino de Vinaròs, tiene incluso un valor comercial. Pero hay motivos para la amenaza. La dirección general de Medio Natural y Animal de la Generalitat valenciana lanzó en octubre una ficha, incluyendo a este langostino café como una especie exótica. En ese momento se constató su presencia en las costas de Alicante (Altea y Teulada-Moraira) y Valencia (Cullera). La documentación detalla que es una especie «originaria del Atlántico noroccidental, cuya distribución se extiende desde Massachusetts hasta el Golfo de México y el noroeste de Yucatán». Llegó hasta el Mediterráneo a través «de las aguas de lastre de los barcos», aunque se ha considerado que podría ser «el resultado de una fuga o introducción desde actividad acuícola no divulgada», según la ficha.

Desde el 2009, «se ha convertido en una de las especies más invasoras, colonizando y estableciéndose en el litoral Mediterráneo oriental y central». Además, pide atención a la «competencia con el langostino nativo comercialmente más relevante», como el langostino de Vinaròs.

Para ello, el documento relata que en Italia «se constata una fuerte disminución de la gamba autóctona», ya que «competirían por los mismos recursos». Desde la Conselleria de Agricultura y Pesca indican que se está analizando la especie «y se está a la espera del resultado del informe» para extraer conclusiones.

El miedo por el cangrejo azul pasó

La del langostino café es la última inquietud conocida entre las embarcaciones de pesca, pero hay precedentes de especies exóticas. Y no todas estas amenazas han acabado mal. Uno de los casos más recientes es el del cangrejo azul. En el año 2018 arreció la preocupación, ya que además de experimentar un rápido crecimiento, estos ejemplares se comen especies como tellinas o almejas, lo que reduce la población, y las consiguientes capturas. Por si no fuera poco, destrozaba las redes de pesca, y existía el peligro para el turismo, porque era fácil verlo cerca de las playas en verano. Desde la cofradía de Peñíscola constatan que ahora su presencia se ha reducido de manera drástica: «Cuando empezaron a aparecer se expandieron con rapidez, pero sus defensas no estaban preparadas para las enfermedades propias de las especies de nuestra zona, por lo que comenzaron a reducir su población».

Cangrejo azul capturado en el Mar Menor.

Cangrejo azul capturado en el Mar Menor. / IVAN URQUIZAR

Sobre su llegada a nuestras costas, la principal hipótesis es que se desplazara a través de embarcaciones que recorren todo el mundo. En su momento se encendieron las alarmas, ya que no se sabía cuál iba a ser su comportamiento en el ecosistema mediterráneo o su efecto respecto a otras especies. Por suerte, su adaptación no fue tan grande como parecía y actualmente se abre el interrogante sobre este nuevo langostino invasor.

Con información de Javier Flores y Alba Boix. 

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