La pesca de Castellón se queda en tierra: "Europa nos acribilla"

Los pescadores de las 54 embarcaciones de arrastre de la provincia se concentran en Castelló por los recortes en los días de faena y la excesiva burocracia

Concentración de pescadores  junto a la Lonja de Castelló.

Concentración de pescadores junto a la Lonja de Castelló. / KMY ROS

Elena Aguilar

Elena Aguilar

La cólera del campo se extiende al mar. Los pescadores de arrastre de Castellón han amarrado este viernes sus barcos para visibilizar la complicada situación por la que está atravesando un sector que desde hace años también vive su particular crisis. El desencadenante ahora ha sido la decisión de Bruselas de recortar toda más los días de faena, lo que condena a los marineros a trabajar solo 119 días al año, una cantidad que convierte la actividad en inviable.

Cerca de un centenar de pescadores  de Vinaròs, Benicarló, Peñíscola,  Castelló y Burriana se han concentrado esta mañana frente a la lonja del Grau para mostrar su rechazo a la última decisión de la Unión Europea y denunciar que todas las decisiones políticas que se están tomando van a suponer la tumba del sector. “El borrador que nos ha llegado refleja que este año solo vamos a disponer de 119 días y, aunque estamos pendientes de que nos aclaren cómo quedará nuestra situación tras el mecanismo de compensación que quieren aplicar, y que podría suponer que esa cifra de 119 sea finalmente de 139, la realidad es que sigue siendo inviable”, ha asegurado Manuel Peña, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Castelló y presidente de Fedcopesca, la Federación Provincial de Cofradías.

Concentración de pescadores en la Lonja de Castelló.

Concentración de pescadores en la Lonja de Castelló. / KMY Ros

Peña ha denunciado que Europa “les está acribillando” y ha insistido en que  con 120 ó 130 días al año “no se puede mantener ninguna actividad”. Y si ese recorte ya supone un durísimo golpe para las embarcaciones (en Castellón son 54 los barcos que se dedican a la modalidad de arrastre), para los marineros el problema también es mayúsculo, dado que no acumulan suficientemente días de paro para cuando se pare la actividad puedan cobrar la prestación”.

Excesivo papeleo

Este nuevo tijeretazo que ha decretado Bruselas ha sido el desencadenante del paro de los pescadores, pero el colectivo argumenta que tiene muchísimos más motivos para la protesta. Y uno de ellos es la excesiva burocracia a la que tienen que hacer frente. “Trabajamos doce horas diarias y, cuando llegas a casa, tiene que invertir una hora en papeleo”, ha denunciado José Antonio Bayarri, armador de Benicarló y vicepresidente de la cofradía de esta localidad.

Bayarri, que lleva en este sector 47 años, ha afirmado que en el último medio siglo el cambio que ha dado la pesca ha sido espectacular. Y para peor. “Cuando yo empecé en Benicarló había 40 barcos de arrastre. Hoy quedamos 13 y, a este paso, en unos años, no habrá ni una”, ha lamentado.

Los pescadores afirman que la actividad en el mar está tocada y prácticamente hundida y encontrar mano de obra es prácticamente una misión imposible. “Nadie quiere trabajar con nosotros y es comprensible. Con siete meses no puedes alimentar a tu familia. Al menos, si nos obligan a parar que nos den una subvención”, ha defendido Ángel Albiol, patrón de una embarcación de Castelló.

A todos esos problemas se unen otros como el alza del coste del combustible o los precios del pescado, que cada vez son más bajos. Las embarcaciones de arrastre capturan especies como rape, merluza, galera, sepia, salmonete, ‘mòllera’  o morralla, y la diferencia de precio entre la barca y el súper es abismal. Dos ejemplos.  El kilo de ‘mòllera’ cotiza en la Lonja a 1 euros, mientras que en establecimientos comerciales se vende a 11 euros. El salmonete se paga a 4 euros el kilo, mientras que en la tienda alcanza fácilmente los 19.