La diversión y las ganas de fiesta se apoderan de las calles del Grau

Desfiles, toros y botafocs protagonizan el penúltimo día de los festejos de Sant Pere

Elena Aguilar

Elena Aguilar

Las fiestas del Grau tocan a su fin. El pasacalle de las peñas y collas y el espectáculo Visca San Pere serán la noche de este domingo la traca final de nueve intensos días en los que la participación y, sobre todo, las ganas de pasarlo a lo grande han sido las notas dominantes. Y como muestra todo lo que sucedido en la tarde de este sábado en el distrito marítimo, donde miles de personas han vuelto a echarse a la calle para disfrutar de la penúltima de las jornadas festivas. 

La jornada ha arrancado con la subida al campanario de la iglesia de Sant Pere, un acto organizado por el grupo scout Sant Pere y la peña Papa y Non y que todos los años cuenta con una importante participación. La entrada y prueba de vacas de la ganadería Raúl Izquierdo y la rotulación de la avenida Serrano Lloberas por la Filà Mora d’en Trilles han completado la programación de actos matinales. 

Pero la fiesta ha estallado por la tarde. A las 19.00 horas ha empezado el desfile de las collas y peñas que han llenado las calles del distrito marítimo de color, música y diversión. Han sido decenas los graueros que han formado parte de un pasacalle que es toda una tradición y al que se acude disfrazado. 

Tras el desfile ha llegado el turno de los toros. En el Grau la afición al bou es mayúscula y eso ha quedado patente con un recinto taurino en el que no cabía ni un alfiler. En la plaza, dos astados cerrilles de las ganaderías de Monteviejo y Álvaro Nuñez. El público ha sufrido un pequeño susto, ya que uno de los recortadores ha resbalado durante el segundo toro, aunque afortunadamente no ha llegado a ser corneado. 

Botafocs, discomóvil, festivales remenber, toros embolados y el concierto de David Otero cerrarán la penúltima jornada festiva. Unas celebraciones que, en palabras de Juan Antonio Tirado, presidente de la presidente de la Comisión de Fiestas, están siendo más que positivas. «Están siendo unos festejos de diez. Este año el ambiente en las calles es extraordinario y la prueba es que es imposible aparcar. La gente tenía muchas ganas de salir y pasarlo bien y desde la comisión no podemos estar más satisfechos de la respuesta masiva de los graueros», apunta.