Reportaje

CD Castellón | 50 años del histórico 4-0 al Barcelona

‘Mediterráneo’ reúne en Castalia a Tonín, Planelles y Clares, los goleadores del partido

Tonín, Planelles y Clares pasean por el césped de Castalia.

Tonín, Planelles y Clares pasean por el césped de Castalia. / GABRIEL UTIEL BLANCO

Enrique Ballester

Enrique Ballester

En el fútbol se suele abusar del término histórico, pero qué calificativo merece un resultado que no se ha vuelto a repetir y que no se ha olvidado medio siglo después. El 8 de abril del 2023 se cumplen 50 años de una de las victorias más importantes y recordadas del CD Castellón: el 4-0 al Barcelona.

En la víspera de la efeméride, Mediterráneo reúne en el nuevo Castalia a los tres goleadores de aquella tarde: Tonín, Planelles y Clares. Este último lo tiene claro, y subraya el mérito de la gesta. «Es una victoria que se celebró muchísimo y que aún se recuerda. A mí me siguen enviando el vídeo del partido. Fue un día histórico de los de verdad», sentencia.

Clares, Tonín y Planelles, los goleadores de una jornada histórica.

Clares, Tonín y Planelles, los goleadores de una jornada histórica. / GABRIEL UTIEL BLANCO

Un día histórico en una temporada histórica. En el curso 1972/73, el Castellón fue quinto en Liga y subcampeón de Copa. Todo ello con prácticamente la misma plantilla que había logrado el ascenso la campaña anterior. En el once que derrotó al Barcelona solo había dos nuevos: el portero Corral y el centrocampista Del Bosque. «Jugábamos prácticamente de memoria», indica Tonín, protagonista de algo similar a un cuento de hadas. 

Tonín se crio en las calles anexas al estadio Castalia, y fue recogepelotas y canterano antes de dar el salto al primer equipo, donde jugó durante una década. Extremo diestro, aquella tarde marcó el gol de la sentencia, el 3-0 del segundo tiempo, al culminar una contra con un derechazo que se coló por la escuadra del portero Reina.

Colección de anécdotas

A Tonín se le escurren, en la conversación, las anécdotas. «A Asensi le pegué una galleta, no se por qué» --suelta-, «Figueirido me estaba apretando para que defendiera y me salió eso. Asensi, que medía dos metros, se me quedó mirando como pensando ‘este enano qué quiere’, y en el banquillo estaba Rexach partiéndose de risa».

Tampoco olvidan los protagonistas la prima que conllevaba la victoria: 70.000 pesetas por cabeza. Por poner en contexto el montante, explican que al mes cobraban 10.000, y un Mini, un coche apreciado en la época, costaba 90.000. Al dinero de la prima hay que sumar, en el caso de Tonín, un extra. «Vino un montón de gente de Barcelona y se ubicaron en una grada supletoria. Acabaron bastante enfadados y lanzando almohadillas y monedas. En el siguiente entrenamiento estuve con Antonio, el encargado del campo, recogiendo monedas por todo el fondo», entre risas, confiesa.

Los protagonistas del partido se encontraron con Calavera y Óscar Gil, actuales jugadores, en el césped de Castalia.

Los protagonistas del partido se encontraron con Calavera y Óscar Gil, actuales jugadores, en el césped de Castalia. / Gabriel Utiel

Expectación

El enfado de la afición visitante se explica por el resultado y por la importancia del duelo. El Barcelona llegaba líder del campeonato y el Castellón era el equipo revelación de la temporada. Un par de seguidores del Barça exhibieron una pancarta en la previa: «El futuro campeón saluda a la afición de Castellón». La expectación era enorme. Hubo colas entre los socios para reservar la entrada --fue decretado el día del club- y el estadio albergó a alrededor de 25.000 espectadores, según las crónicas de la época, con las gradas extras y aficionados en todos los rincones. «Todo Castellón se ha movilizado. Toda la provincia también. ¿Nos encontramos ante la mayor jornada que se ha vivido desde que el fútbol arrancó en nuestros lares allá por la década de los veinte? Puede que sí», escribió José Ten en la previa de Mediterráneo.

El 9 de aquel Castellón era Manolo Clares. Llegó desde el Gandía y después se marchó, precisamente, al Barcelona. «Jugaba de delantero, pero me gustaba partir desde el lado izquierdo», matiza Clares, que anotó el 1-0 al clavar una falta directa también por la escuadra. La acción fue muy protestada por los visitantes, que decían que era libre indirecto. «El árbitro no tenía levantado el brazo (como se puede apreciar en las imágenes), por lo que la falta era directa. Protestaron, pero no tenían razón. Reina ni la vio, porque entró por toda la escuadra».

Más goles

Clares estuvo también en el origen de los dos goles de Planelles, al botar los saques de esquina. «Que yo sacara los córners era cosa de Lucien Muller (el entrenador), una manía del míster, no sé», recuerda. El caso es que no fue del todo mal: en ambos casos la pelota acabó en las mallas, que es lo que cuenta. El 2-0, justo antes del descanso, tras recoger el toque de Félix y girar rápido para superar a Reina a la media vuelta; y el 4-0 definitivo, explicado por el propio Planelles tras el partido a este diario: «Saltamos a por la pelota, que dio en la espalda del defensa y vino a mí. No tuve más que quebrar al contrario y disparar a puerta. Tuve la suerte de que el balón fuera junto a la misma escuadra». Fácil. Otra vez a la escuadra.

Rinus Michels, entrenador del Barcelona, recibió muchas críticas por su planteamiento. La Liga terminó en las vitrinas del Atlético. «Ellos se jugaban mucho y fue un partido muy difícil. A mí dentro del campo me parecía un terreno de fútbol sala, no había espacios», rememora Planelles, el genio de Burriana cedido entonces por el Madrid, mientras pasea 50 años después por el césped del nuevo Castalia. «Salieron con cinco defensas y al descanso quitó a dos para poner a dos delanteros, pero ya era tarde», asevera. Y es que el Castellón de Muller, «un equipo bonito de ver» según los protagonistas, dominaba varios registros y disfrutaba con espacios. «Tonín y yo éramos rápidos y teníamos unos pasadores que eran una maravilla en el centro del campo», apunta Clares.

«Sensacional. El líder fue arrollado de modo espectacular por un Castellón perfecto en su fútbol», resumió al día siguiente este diario. «La jornada que se vivió el domingo en el estadio Castalia quedará como recuerdo imborrable para todos», teclearon, y hoy ya se puede decir que acertaron.