La industria azulejera italiana crece en ventas y producción

Italia mantiene el tipo. Es más, parece que la crisis energética le ha servido a la industria azulejera transalpina para tomar impulso y, gracias a las ayudas de su gobierno, poder acortar las distancias que le separan del sector castellonense, tanto en ventas como en producción.

El sector italiano productor de pavimentos y revestimientos cerámicos registró el pasado año ligeros crecimientos de ventas y producción con respecto a 2021, según las apreciaciones (todavía no hay datos oficiales) de Confindustria Ceramica. Un crecimiento prácticamente insignificante, pero muy importante en la actual situación de crisis provocada por el aumento del precio de la factura energética «que se ha traducido en una ralentización de la demanda del producto cerámico made in Italy por parte de todos los países del mundo. Una ralentización que se fue afianzado a lo largo del año», subrayan desde la patronal italiana.

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La situación del sector italiano está condicionada, como en España, «por las fuertes subidas del coste de la energía, que solo para el componente térmico supuso un incremento de más de 1.000 millones de euros». Desde la patronal aseguran que es necesario «empezar a extraer gas nacional, gracias a la promulgación de decretos de aplicación, que se destinará a los sectores más expuestos al coste del metano, entre ellos la cerámica, para recuperar la competitividad internacional».

458 millones de metros cuadrados

El sector azulejero italiano todavía no tiene datos definitivos sobre el año 20cerámica22. Todo son previsiones, estudios e informes que hablan de que a lo largo del ejercicio anterior se registró un volumen de ventas de alrededor de 458 millones de metros cuadrados, lo que implica un incremento del 0,7% en comparación con 2021. Esto es, según las mismas fuentes, objeto de las exportaciones, que han sumado 364 millones de metros cuadrados (un 0,2% más que en 2021) y las ventas en el mercado nacional, que suman más de 93 millones de metros cuadrados con un incremento del 2,6%. La producción, que en 2021 fue de 435 millones de metros cuadrados, se estima que haya podido crecer un 1%.

Las ventas italianas aumentaron en el Golfo y Extremo Oriente, mientras que las ventas en Europa Occidental, los Balcanes y Latinoamérica se mantuvieron estables. Los mercados de Europa Oriental y NAFTA, por el contrario, descendieron. Las fuertes fluctuaciones de la demanda y de los costes de producción registradas durante el año exigen una atención especial a la hora de evaluar las cifras preliminares de producción, que la patronal azulejera de Italia estima que han crecido un 3%, hasta alcanzar los 448 millones de metros cuadrados.

A nivel porcentual, Italia representó el 20% del negocio de las azulejeras transalpinas, mientras que el 48% se destinó a los mercados de la Unión Europea y el 32% restante a mercados más lejanos. Italia siguió beneficiándose en 2022 del deseo de remodelar los espacios vitales en todas las latitudes después de la pandemia. Una apuesta por la cerámica que, según Confindustria Ceramica tiene su razón de ser «en las reconocidas peculiaridades del material cerámico en lo que se refiere a salubridad, resistencia y durabilidad, entre otros; así como en los crecientes usos del producto, tanto en la construcción como en el mobiliario».

Gas natural

«La evolución de la demanda, sobre todo en la primera parte del año, nos permitirá cerrar las cuentas de 2022 con un crecimiento de la facturación, pero no podemos alegrarnos en absoluto. El impresionante aumento de los costes de todos los factores de producción, empezando por el gas natural, está poniendo a prueba la competitividad presente y futura de nuestras empresas», indica el presidente de la patronal azulejera, Emanuele Orsini.

Las cotizaciones en el mercado TTF, impulsadas por la emergencia y la especulación, habían hecho pasar la factura del gas del año 2021 de 250 millones de euros a 1.000 millones. Pero en 2022 se registraron nuevos máximos que en agosto llegaron a ser 16 veces superiores a la media histórica. «Y como el coste del gas no ha subido en todo el mundo como en Europa, el diferencial competitivo de nuestras industrias frente a las de fuera de Europa también ha aumentado», señala Orsini.

Desde Confindustria Ceramica se han recibido «con satisfacción las desgravaciones fiscales al gas y la electricidad lanzadas por los Gobiernos de Draghi y Meloni, pero esta crisis energética también necesita medidas estructurales. La más importante es el plan de utilizar una parte cada vez mayor del metano nacional para el sector del gas. Esto reduciría inmediatamente las emisiones de CO2 relacionadas con las importaciones de gas y permitiría a las empresas de los sectores no electrificables no perder las inversiones realizadas en la descarbonización progresiva de los procesos».

El coste de la energía en Europa se ve aún más penalizado por el mecanismo del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE), cuyas cotizaciones son ahora del orden de 85 euros por tonelada. «Tras años de aplicación, el sistema europeo demuestra su ineficacia en términos medioambientales. Sobre todo, el sobrecoste que impone a la producción europea no es compatible hoy con el cambio de escenario energético. Es urgente suspender el sistema y reformarlo radicalmente».