«La salida de la crisis solo será real con la diferenciación del producto»

ENCRUCIJADA. El presidente de los técnicos cerámicos valora la situación del sector del azulejo. | LLORENS

ENCRUCIJADA. El presidente de los técnicos cerámicos valora la situación del sector del azulejo. | LLORENS

El presidente de ATC, Juan José Montoro, asegura que la sucesión de crisis desde 2008 ha hecho mella en la industria cerámica, pero lanza un mensaje optimista y afirma que, a base de gestión e innovación, y con la diferenciación del producto, las empresas volverán a crecer.

--El sector cerámico registró cifras a la baja en 2023 y por segundo año consecutivo, en facturación y producción. ¿La cerámica puede soportar esta situación?

-El clúster está en crisis. Y eso me preocupa. Nuestro buque insignia, nuestra empresa nacional, cruje. La sucesión de crisis, al final hace mella. Y da la sensación de que los capitales nacionales están cansados y los foráneos van a lo suyo. Con la situación de baja demanda, este 2024 se va a pasar mal, pero no queda mucho tiempo, porque las empresas se adaptarán y tirarán para adelante, con gestión e innovación, pero todo tiene un límite. Y la salida solo será por la diferenciación del producto.

--¿Se vislumbra mejora en 2024?

-El año será de transición, atentos a los acontecimientos internacionales y a la deriva de la inflación. Las empresas están gestionando bien y se adaptarán al mercado por ellas mismas, sin ayudas de las instituciones nacionales y europeas. Se vislumbra que 2024 será parecido a 2023, solo que el primer semestre será malo y el segundo será un poco mejor.

--La pérdida de competitividad, principalmente, ha sido aprovechada por otros productores para ganar puestos, a veces de manera desleal. ¿Tile of Spain podrá recuperar esa cuota internacional?

-Estoy convencido de que sí, recuperaremos la cuota que teníamos en 2019 con gestión e innovación, que es lo que están haciendo las empresas para diferenciarse de los productores emergentes. Estos no tienen la culpa, fabrican y venden con la tecnología que les hemos suministrado y con las condiciones de sus países. Pero hay dos cosas con las que nuestras empresas no pueden luchar: la estrategia utópica y burócrata de la UE que expulsa a las empresas, y una cruel posición de las instituciones nacionales que les da igual la creación de riqueza. Lo demás sobra. Igual, al final, sí tenemos hidrógeno, pero no sé si habrá empresas que puedan quemarlo.

--¿Cómo deben defenderse los productores? ¿Cuáles son las ventajas del Tile of Spain?

-Innovación. Y con mayúsculas. Ese es el camino.allando puntos de valor, que los tenemos, para convencer y satisfacer a nuestros clientes.

--La caída de ventas y producción se ha traducido, lógicamente, en reducción de equipos humanos. ¿Cómo viven esta destrucción de empleo los técnicos cerámicos?

-Se nota y es duro. En 2008 la crisis afectó a la producción, desapareciendo casi la mitad de empresas y de empleo. Supimos remontar con gestión y tecnología, y volver a cifras productivas similares, con aumentos de productividad de dos dígitos. Ahora volvemos a disminuir la plantilla por falta de competitividad en los mercados y otras causas externas que afectan a la demanda global. Esto perjudica, lógicamente, al empleo y sobre todo a cierto tipo de empleo. Se requieren perfiles diferentes y tenemos que ayudar a que nuestros técnicos se autoformen y se adapten. En eso trabajamos.

--¿Esos puestos de trabajo destruidos podrán recuperarse?

-Muchos ya no se recuperarán y sobre todo cierto tipo de empleo. Porque la transformación tecnológica elimina aquellos cuya función principal son tareas repetitivas. Por eso incidimos en autoformarse y adquirir competencias que se adapten a las nuevas exigencias profesionales. ATC incide en esto difundiendo noticias, conocimientos con charlas, cursos y talleres que ayuden en la transformación. Dos ejemplos: la reciente publicación del libro de impresión digital, dirigido a las nuevas generaciones y a los técnicos para mantenerse al día, y los talleres para adaptarse al mercado laboral que forman parte del proyecto Job Club.

--¿Cómo ve la reacción del Gobierno ante la petición de ayudas?

-Las subvenciones ahora ya no pueden solucionar los problemas del clúster. Y cuando desde el Gobierno han dicho que no dan nada, una y otra vez… ¿para qué seguir pidiendo? Esas ayudas son pan para hoy y hambre de mañana, por eso las catalogo como reparto de miseria. Perdemos la noción cuantitativa de las mismas por los titulares siempre grandiosos pero envenenados por las condiciones y la ‘letra pequeña’. A la hora de la verdad o no llegan o llegan tarde, o no se puede acceder a ellas. Tenemos que actuar como siempre, no perder el tiempo y concentrar el esfuerzo para salir de la crisis. Y decir, a quien corresponda, que hay que ser más valientes y proteger a las empresas españolas que son creadoras de riqueza, no demonizarlas, eso es propio de populismos y de eso hay mucho. Otros países como Portugal e Italia lo enfocan de otra forma y trabajan para reforzar al tejido productivo y dedican mejor el dinero de la UE en sus empresas. Por cierto, habrá que pensar que el dinero no viene del cielo y no se puede gastar tontamente, alguien lo paga y me temo quién...

--¿Qué opina de la política de la UE hacia el sector cerámico?

La estrategia de la UE en contra de las empresas manufactureras, creo que es un dislate a medio y largo plazo. Poner condiciones internas muy bonitas y salvadoras del planeta, sin contar con las condiciones del resto del mundo es un suicidio, para luego importar los bienes del exterior, que me lo expliquen o es de lo más estúpido que he conocido. Para meter más el dedo en el ojo, nuestro Gobierno hace una interpretación puritana de estas condiciones… Y si no, que se lo digan a los agricultores y ganaderos españoles.

--La concentración empresarial y la entrada de capital extranjero parecen dominar el sector. ¿Qué tienen de positivo y de negativo?

-Llevamos dos años y medio, siguiendo junto con la cátedra de transformación del modelo económico, la concentración empresarial y la entrada de capitales foráneos. Como nuestras empresas han ganado mucho en gestión y con la gran capacidad de innovar que tenemos, nos hemos colocado en vanguardia de la cerámica mundial. Pero no hemos sido capaces de globalizarnos. O sea, hemos hecho un pastel bonito y sabroso, vienen de fuera, les gusta y nos lo compran. ¿Esto es una oportunidad? Para el clúster, no. Recomiendo leer el artículo que en la revista Vigilancer ha publicado Luis Martínez, director de la Càtedra del Model Econòmic, con la que hemos trabajado, y del que transcribo estos párrafos: «El clúster cerámico castellonense presenta una disminución del número de empresas y un proceso de concentración de recursos notable». «El futuro a medio o largo plazo no se debería perder de vista. En el clúster cerámico castellonense están en juego muchos aspectos relevantes que van a condicionar su trayectoria evolutiva. Prestar atención al valor de la producción cerámica castellonense puede ser crucial para evolucionar hacia trayectorias que se alejen del declive».

--¿Qué aporta el técnico cerámico a este proceso de cambios?

Poner al hombre en el centro de la crisis, al fin y al cabo, somos las personas las que padeceremos la crisis. Está siendo duro y será duro para muchas personas, hoy leía que «la mitad de las plantillas del azulejo afectadas por algún ERTE tiene más de 55 años y consume paro». Todas las personas que componen el clúster y trabajan en él por cuenta propia o ajena, tienen y pueden arrimar el hombro para hacer que nuestras empresas sigan adelante. Con trabajo y creatividad, esforzándonos en seguir aprendiendo para dar lo mejor de lo que somos capaces.emos demostrado que somos los mejores en el mundo cerámico y vamos a demostrar que seguimos siéndolo.

--Se ha puesto sobre la mesa la efectividad de las ferias en la promoción. ¿Cuál es su opinión?

El modelo de las ferias tiene que cambiar, y mucho.emos apoyado a Cevisama, pero le aseguro que me llegan más imputs de Tecna y Cersaie. Como mejor pueden ayudar las instituciones locales es uniendo a todo el clúster, no se puede permitir una imagen de falta de unidad porque es una debilidad.

--¿Es la crisis más grave que ha atravesado el sector cerámico?

La última siempre es la peor. ¿Alguien se acuerda de la crisis de 2008? Supuso la caída de la mitad de las empresas y en proporción la destrucción del 50% del empleo directo. Esta crisis es otra, grave y diferente. Con muchas circunstancias ajenas al control del sector y algunas internas que producen más miedo. Siempre he defendido que el clúster cerámico debe funcionar como una empresa única, potente, influyente. El desmembramiento en miniclústeres por el tipo de empresas que se están creando, es un mal síntoma. Por eso hay que seguir trabajando juntos. El competidor está fuera.