Burriana planea reordenar el acceso norte para solventar el caos de tráfico

El Ayuntamiento de Burriana se plantea reordenar el acceso norte de la ciudad para evitar las colas de vehículos por la confluencia en las entradas desde Vila-real y Almassora. Por ello, contemplan retirar el semáforo con pulsador situado a la altura de la plaza la Fira para evitar largas paradas en los momentos más conflictivos.

Según recoge el plan de movilidad urbana sostenible, la intersección de este punto con la avenida Setze de Juliol es uno de los más conflictivos en relación a la saturación de flujo de vehículos en Burriana. 

Durante las últimas semanas, muchos conductores han notado más caos del habitual en momentos puntuales del día como a la hora de la entrada a trabajar o de regreso. Según esgrimieron desde la Policía Local, existen varios factores que afectan a la movilidad, como el traslado de muchas familias a sus segundas residencias de la zona marítima y, por lo tanto, un mayor aumento del tráfico rodado hacia los colegios ubicados en la calle San Juan Bosco.

También han influido las obras que están realizando en el comienzo de la avenida Juan Bautista San Martín, una vía paralela al río que facilita el acceso hacia el centro urbano y que, al permanecer cerrada, obligaba a muchos coches a realizar un desvío hasta la conflictiva intersección. 

Solución

Proponen un badén peatonal para garantizar el paso de viandantes, pero minimizar las colas

A pesar de que se trata de una circunstancia muy puntual, lo cierto es que tanto los servicios técnicos del Ayuntamiento como las autoridades municipales se muestran favorables a introducir esta modificación. Por ello, la solución pasaría por construir un badén peatonal en altura para garantizar el cruce de viandantes con seguridad, pero al mismo tiempo, quitar los 30 segundos de espera obligada derivada del semáforo en rojo.

Hay que destacar que el uso de este cruce por los peatones también se produce en horas muy concretas como aquellos que se dirigen a la parada de autobús o a comercios cercanos. 

En relación a la regulación del tráfico, el consistorio dedicó el año pasado una inversión de cerca de 60.000 euros, cofinanciados por planes Feder, en la instalación de un sistema de videovigilancia. El objetivo de las cámaras es vigilar el flujo de entrada y salida de vehículos de la población por lo que están situadas en cuatro puntos estratégicos del municipio.  

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