La Vall d’Uixó encarga una auditoría para calcular las emisiones de CO2

La Concejalía para la Transición Ecológica del Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ha iniciado la elaboración de una auditoría sobre las emisiones de CO2 en la ciudad, más concretamente en los edificios públicos, a fin de conocer la huella de carbono que dejan las instalaciones y servicios, y trazar un plan de actuación que reduzca el impacto de la actividad municipal.

El concejal Marc Seguer indica que la empresa contratada para desarrollar este estudio realizó los primeros contactos con los diferentes departamentos la semana pasada. Para llegar a una conclusión lo más aproximada posible de los niveles de emisiones, van a realizar un estudio de «todo el consumo que se realiza en la actividad diaria normal del Ayuntamiento», desde el consumo eléctrico de las diferentes dependencias, el combustible de la flota de vehículos --Policía Local, brigadas, etc.-- el gasto en refrigeración y calefacción y cómo se compensa con energías alternativas.

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La intención es contar con las primeras conclusiones en un plazo «de dos a tres meses», según precisa Seguer, momento a partir del cual comenzará a diseñarse un plan de acción que permita reducir esa huella de carbono. «Se trata de saber dónde gastamos más y cómo podemos reducir, además de ir avanzando proyectos para solicitar subvenciones que nos permitan abordar las inversiones necesarias», agregó.

Acciones complementarias

De forma paralela, desde el consistorio se está trabajando en la identificación de terrenos en las que puedan instalarse placas solares que permitan generar electricidad «de momento para uso municipal», aunque se estudiarán las fórmulas para impulsar cooperativas energéticas de las que pueda beneficiarse la ciudadanía.

Incide en que el proyecto está «en una fase todavía inicial». 

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Apuestan por continuar el modelo implantado en el Mercado Municipal

Que el equipo de gobierno quiere reducir consumos y emisiones ya se adelantó en el mes de enero, cuando se completó la instalación de placas fotovoltaicas en la cubierta del Mercado Municipal, un sistema que permitió a este edificio público depender en exclusiva de la energía solar «desde el primer día».

Esta instalación, según explicó el concejal de Comercio, Fernando Darós, se gestionó de manera que una vez colocadas las placas pudieran empezar a suministrar electricidad al edificio de inmediato. Un hecho significativo, según detallaron desde el equipo de gobierno, porque lo habitual es que «desde que se instalan hasta que se pueden conectar al suministro suele pasar un tiempo», que en este caso se suprimió.

Se escogió el Mercado Municipal para esta primera intervención por ser la instalación pública «que más luz consume». Y la intención es que pudiera suministrar también a la Biblioteca. «La siguiente inversión será para el cementerio», indicaron.