Sentencia por prevaricación

El pulso por el escaño de Borràs llegará al Parlament a las puertas de las municipales

La decisión de la Junta Electoral tras la consulta a la cámara catalana obligará a elegir un nuevo candidato tras las elecciones

Laura Borràs.

Laura Borràs. / EPC

Carlota Camps

La cuenta atrás para sustituir a Laura Borràs como presidenta del Parlament tras su condena por prevaricación ya está activada, pero el desenlace aún tendrá que esperar unos días. De momento, este jueves, la JEC ha dado 10 días hábiles al Parlament y a la propia Borrás para que se pronuncien sobre la retirada del escaño. El resultado será muy previsiblemente el mismo que con los escaños de Quim Torra y Pau Juvillà -se quedará sin acta y se expedirán las credenciales del siguiente de la lista, Antoni Castell-, pero todo ello tendrá que esperar unos días más. Además, hasta que la JEC no haga el paso y retire definitivamente el escaño a la líder de Junts, previsiblemente la primera semana de mayo, no empezará el pulso político. Justo a las puertas de las elecciones municipales.

En estas mismas fechas -2, 3 y 4 de mayo- está prevista la celebración de un pleno, el último antes de la pausa electoral. Y justamente en esta sesión plenaria se tendrá que debatir la propuesta de reforma del reglamento del PSC para cesar a Borràs, aunque al no tramitarse por lectura única, de tener apoyos suficientes, tampoco se podría poner en marcha hasta después del 28-M. Pero sea como sea, la siguiente pantalla -la elección de un nuevo presidente- difícilmente avanzará en medio del clima electoral. Aunque nadie lo asume en público, en privado algunos ya prevén que la negociación real se dará tras los comicios y en paralelo a las alcaldías de las grandes ciudades y entes supramunicipales.

El Parlament presentará alegaciones

Borràs está condenada a cuatro años y medio de cárcel y a 13 de inhabilitación por los delitos de prevaricación y falsedad documental por haber fraccionado 18 contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ICL). La prevaricación es un delito contra la administración pública, por lo que según la LOREG, cuando hay condena, aunque no sea firme, se produce una situación de inelegibilidad sobrevenida. Es lo mismo que pasó con el ‘expresident’ Quim Torra y con el diputado de la CUP Pau Juvillà. Los dos vieron como se les retiraba el acta con la primera sentencia, aunque el reglamento del Parlament no contempla este escenario hasta que se ha pronunciado la última instancia judicial. 

Esta circunstancia llevará a la Cámara a presentar alegaciones ante el árbitro electoral. Un paso que, previsiblemente, se dará en la reunión de la Mesa de la semana que viene. ERC, Junts, CUP, Comuns y también el PSC -pese a no tener una actitud beligerante- entienden que la actuación de este órgano administrativo es una injerencia a la soberanía del Parlament. Y aunque todos menos Junts consideran que se trata de un caso de corrupción, no protestar ante la JEC supondría un precedente. De todas formas, no se prevén muchas más reticencias fuera de los fieles a Borràs. Además, el hecho de que el ‘cupaire’ Pau Juvillà perdiera el escaño bajo la presidencia de Laura Borràs, se lo pone más difícil. 

En aquel momento, el Parlament retiró el acta al ‘cupaire’ antes incluso de esperar a la respuesta del Tribunal Supremo sobre el recurso que había cursado el Parlament. Un hecho que no se dió en el caso de Quim Torra, que pudo agotar todo el proceso judicial. Borràs siempre sostuvo que tenía las manos atadas por este antecedente, que se produjo durante la presidencia de su antecesor Roger Torrent, pero el resultado fue el mismo. 

La sustitución de Borràs tendrá que esperar

Pero más allá de la cuestión jurídica, queda la política. Hasta ahora los posconvergentes no han querido abordar la cuestión de la sustitución de Borràs y no se prevé que lo hagan hasta la decisión final de la JEC, que no llegará antes de 15 días. Sin embargo, hace unas semanas Aurora Madaula, del sector borrasista, planteó la posibilidad de dejar la silla vacía a modo de protesta. Una opción que no compra la otra parte de Junts. Pero de ser así finalmente, la presidencia podría estar entre el PSC Esquerra, los dos partidos con más diputados (33). 

El máximo cargo de la institución se escoge depositando el nombre del candidato en una urna. En la primera votación se necesita mayoría absoluta, pero si ningún candidato la consigue, los dos nombres con más votos pasan a la segunda vuelta. Si tras cuatro votaciones el empate persiste, obtiene la presidencia el grupo con más apoyos electorales, en este caso sería el PSC. Además, Ciutadans ya ha dejado la puerta abierta a un pacto con los socialistas para evitar una nueva presidencia independentista.

Mientras, ERC presiona para que Borrás dé un paso al lado por su propio pie, evite el enfrentamiento con la JEC, proponga un candidato que permita acabar con la interinidad y evite que el PSC se haga con la segunda autoridad de Cataluña. Los republicanos aseguran que la sustitución de Borràs puede ser una oportunidad para rehacer puentes con sus exsocios de Junts, a pesar de su salida del Govern y el pacto presupuestario con PSC y Comuns. Sin embargo, todo este melón difícilmente se abrirá antes de la municipales.

De momento, la Cámara seguirá en la situación de interinidad en la que vive desde hace nueve meses.La vicepresidenta Alba Vergés continuará ejercer en funciones y Borràs, mirar los plenos desde la tribuna. La presidenta suspendida no tiene sueldo, tampoco los servicios parlamentarios a su disposición y no suenan las campanas cuando llega. Y así seguirá al menos unas semanas más.

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