CON LAS OREJAS TIESAS

De Castellón de toda la vida

Juan Lozoya

Juan Lozoya

Cuando vine a vivir a Castellón, hace ya más de 30 años, me llamó la atención una expresión: «Estos son de Castellón de toda la vida». Con el tiempo he podido ir descubriendo las distintas acepciones de la sentencia, desde la que denota desprecio pueblerino hasta la que demuestra orgullo por los arraigos y el sentimiento de identidad con la tierra, generación tras generación.

Y es a esta última acepción a la que me refiero. Y lo quiero hacer respecto al pistoletazo de salida que dieron el jueves en Facsa, léase familia Gimeno, para celebrar su 150 aniversario asentada en Castellón de la Plana y en el resto de la provincia… especialmente en Benicàssim.

Reconozco que no puedo ser imparcial al hablar de los Gimeno, de los de Castellón de toda la vida, porque nos unen relaciones familiares desde al menos, que yo sepa, la generación de mi abuelo.

Yo soy más joven, aunque ya no tanto, y comencé a conocerlos por los Enrique y Juanjo Gimeno padres, aunque con los que he tenido más trato y afecto ha sido con los Juanjo hijo, Marisa, Quique o Pilar, especialmente, que me ha apoyado en algunos malos momentos de periodista.

Fieles a su palabra

He compartido con ellos buenos momentos, muchos, y malos, también algunos. Pero siempre me han demostrado ser íntegros, cercanos, fieles a su palabra y cariñosos… aunque a Quique a veces se lo intuyes. Aún me acuerdo nuestros primeros encuentros, siempre ávido por saber más, hasta que le dije que no compartiría con él mis reflexiones si él no compartía conmigo las suyas. Se sigue saliendo con la suya.

Al contrario que otras sagas empresariales más ambiciosas y deseosas de multiplicar ganancias, los Gimeno, los de Castellón de toda la vida, han preferido sumar a multiplicar y, gracias a eso, llevan ya 150 años sumando.

Así que me siento muy orgulloso de una familia y una empresa de Castellón de toda la vida, que debería ser orgullo de toda la provincia.

Periodista