La opinión de José Vicente Felip: ¡Luque, al paredón! (Vaya golfos)

Daniel Luque, rotundo triunfador en la reciente Feria de Manizales (Colombia).

Daniel Luque, rotundo triunfador en la reciente Feria de Manizales (Colombia). / EFE

José Vicente Felip

José Vicente Felip

Te van a echar de una forma cruel del cartel estrella del año, ese Domingo de Resurrección que habías ganado a pulso por tus méritos en Sevilla con tres tardes para el recuerdo ante toros de El Parralejo, La Quinta y Garcigrande, dos de las cuales pude disfrutar de lo lindo sentado en el tendido de esa joya que es la Maestranza junto a mi amigo Manolo Beltrán. Te han sometido a un cortocircuito programado para no dejar que te sentaras en la mesa de los grandes en Valencia. Y ahora te han puesto la zancadilla para torpedearte en Castellón cuando nos querías obsequiar con el mejor regalo de Reyes. Aceptaste la propuesta de lidiar en solitario los seis toros de Victorino Martín como un grito de rebeldía ante tanta injusticia que te rodea. Era un reto muy fuerte, pero no dudaste en decir que sí porque conoces que estás en plenitud y no temes a nada ni a nadie. Tampoco te asustaba pinchar en la taquilla porque sabes que Castellón nunca te hubiese dejado tirado y mucha gente de fuera, tampoco. Era un acontecimiento con todas las de ley, sin trampa ni cartón.

Cuando la tauromaquia más necesita de gestos como el tuyo, cuando más rivalidad debería existir sobre el ruedo para que el aburrimiento no acabe por llenar de cemento las plazas, resulta que llegan vetos y artimañas incomprensibles, pero la paciencia del aficionado tiene un límite. La gallina va camino de quedarse sin huevos y la vaca sin leche...

Quieren enviarte al desolladero, pero no podrán. Aguanta, Daniel. Sé más fuerte que nunca. Sigue tu camino, ese que te llevó a conquistar el premio Oreja de Oro de la temporada 2023, como vencedor indiscutible de la misma, y a empezar el 2024 como triunfador de la Feria de Manizales. No te dejan jugar con todas las cartas de la baraja, pero sigue aprovechando tus dotes y veremos como acaba esta guerra que nunca debió existir y que nadie parece dispuesto a parar. Los desafíos, en la arena.

Has quedado injustamente fuera de la Magdalena, pero el día que vengas a Castellón, que será más pronto que tarde, la gente seguro que te saca a saludar porque habías decidido brindarnos un grandioso espectáculo y, lamentablemente, no te han dejado. ¡Gracias por tu gesto, Daniel! ¡Mucha suerte!