Agua para todos y para siempre

Hay evidencias más que probadas de la modificación del comportamiento del clima y cómo está causando efectos devastadores en muchas partes del planeta. Los efectos del cambio climático hoy nadie debería negarlos, pues hacerlo nos obliga a perder un tiempo muy valioso para analizar este problema global, adoptar las decisiones acertadas y emprender compromisos comunes con el planeta para que, al menos, nos permitan mitigar esos efectos negativos, pues este es el mayor desafío al que, hoy por hoy, nos enfrentamos.

Lo cierto es que mucho más allá de que se hable de ellos y de que las grandes potencias se planteen retos de descarbonización, o las sociedades tomemos conciencia y adoptemos acciones para su mitigación, es innegable que ya estamos sufriendo las consecuencias derivadas del aumento de la temperatura, como es la acuciante sequía. Una escasez de agua que estamos sufriendo y que está poniendo en riesgo la pervivencia de ecosistemas, limitando los sistemas productivos y condicionando nuestra economía afectando, todo ello, a nuestra forma de vida.

Y es que la falta de agua, que siempre ha sido una constante para muchas zonas del planeta, de manera especial hoy está afectando a gran parte de España. Llevamos demasiados meses inusualmente cálidos, nuestros pantanos se secan y la anhelada lluvia no aparece, provocando que las reservas hídricas estén mermando a gran velocidad, alcanzando niveles alarmantes y provocado que, a estas alturas del año, se hayan tenido que adoptar medidas drásticas de restricciones en aquellas comunidades autónomas más afectadas, para permitir garantizar el abastecimiento y el suministro.

La provincia de Castellón no se escapa de los problemas de la sequía y, aunque mi intención no es la de querer ser alarmista, debemos tomar conciencia del problema, ser precavidos y adoptar las medidas que nos permitan ahorrar y preservar un recurso tan preciado como el agua. En este sentido, y adelantándose al problema, velando por la conservación y el equilibrio hídrico de todos los municipios de nuestra provincia, la Exma. Diputación de Castellón, con su presidenta, Marta Barrachina, al frente, ha reforzado su firme compromiso con todos los municipios, materializándolo en inversiones necesarias en infraestructuras y medios que garanticen, entre otros, el abastecimiento de agua.

Desalinizadora

Pero si hablamos de sequía y de recursos hídricos, necesariamente hay que hablar de la decisión del Gobierno del señor Sánchez, de fletar barcos para llevar agua desde la desalinizadora de Sagunto hasta Cataluña, para paliar los efectos e importantes restricciones en Barcelona y su área metropolitana. Y ahí ha estado nuestra Comunidad y nuestro presidente, Carlos Mazón, que no ha dudado ni un momento en mostrar esa solidaridad del pueblo valenciano, pero que también ha elevado la voz para recordar que el agua es un bien general y que es de todos.

Porque es que hace justamente tres años, se nos prometió por parte del Gobierno Socialista un proyecto de conexión con un coste aproximado de 17 millones de euros para que las desaladoras de nuestra provincia pudieran rentabilizarse al 100%, buscando a nuevos usuarios y suministrando agua a otros municipios. Todo ello, en aras a garantizar agua para todos y para siempre.

La realidad es que, a punto de caducar algunos de los acuerdos transitorios firmados entre consistorios y Aquamed para la explotación de las desaladoras, ni se ha resuelto la conexión entre municipios para que puedan trabajar a pleno rendimiento, ni se ha abordado por parte del Gobierno central el reparto solidario del pago de la infraestructura, lo que hace peligrar la estabilidad financiera de los municipios afectados.

Por ello, vuelvo a reivindicar al Gobierno de Pedro Sánchez que incluya en los próximos Presupuestos Generales del Estado el coste de construcción de las desaladoras, pues si el agua es un bien de interés general, debe de serlo para todos y para siempre.

Alcaldesa de Benicàssim y senadora