Opinión | BUENA PREGUNTA

Progresar en el progreso

Progresar en un campo profesional o académico de forma natural siempre lo hemos entendido de la mano de acumular el más basto conocimiento y aplicabilidad posible del mismo. Saber defender cada aspecto, desde el más profundo hasta el más superficial, ha sido condición indispensable para ser visto como persona experta. Una máxima que ha seguido vigente buena parte de nuestra historia, pero que va quedando desfasada en este tiempo que vivimos, donde el progreso tecnológico modifica constantemente las bases del conocimiento y lo hace muchas veces intrazable para incluso quienes ocupan el pico de su sector.

La llegada de la tercera revolución industrial, con el auge de la informática y la revolución de internet, afectó directamente a la velocidad del avance social y empresarial. Estandarizó el acceso a la información, amplificó las voces de más personas y empresas con independencia de sus recursos, y nos ha dejado una sociedad que evoluciona tanto que resulta cada vez más complejo sentirse relajado en cualquier profesión, por mucho recorrido hecho que uno tenga. Pero es que la cuarta revolución industrial, caracterizada por la fusión de tecnologías que borrarán los límites entre los mundos físico, digital y biológico, y a la que la IA ya nos está empujando de lleno, aún se moverá a una velocidad y amplitud superior a la de las últimas décadas, afectando a la esencia misma de la experiencia humana.

Trabajo

Estamos al final del nivel de la estructura actual de nuestros trabajos, donde hemos salvado todos los obstáculos. Nos guste o no, estamos a media partida del siguiente, que estará dominado por unas reglas que, por encima del conocimiento o experiencia, premiarán la capacidad para adquirir habilidades y adaptarnos constantemente. Un nivel donde solo podemos avanzar algunos escenarios consecuencia lógica de la tecnología y la IA, pero donde ya hemos podido entender que justamente su ritmo exponencial nos regalará resultados tan impactantes como profundos. Nadie está a salvo. ¿Cómo podemos cultivar una mentalidad de aprendizaje continuo en un mundo que cambia más rápido de lo que podemos aprender? Más que tener todas las respuestas, deberemos poner el foco en entender las preguntas y saber cómo seguir hallando la manera de reinventarnos.

Director y Chief Strategy Officer de Twelfhundred. Profesor de la UJI