Opinión | LA RUEDA

Fue un ataque a la democracia

Querido/a lector/a, por suerte y por desgracia, es de actualidad hablar de la decisión del juez de archivar la causa, por no encontrar indicio de delito, contra la exvicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, la líder de Compromís.

Circunstancia que recuerdo, por si la han olvidado, fue provocada por una denuncia de la derecha que la acusaba de utilizar su cargo para tapar el abuso sexual (cierto, probado y sentenciado) que cometió su exmarido sobre una menor tutelada en un centro de la Generalitat. Hecho que la condujo a dimitir del cargo aunque, eso sí, Oltra siempre lo negó y calificó ese proceso de ser la mayor infamia política, jurídica y mediática del País Valencià.

Bueno pues, si en un principio he dicho «por suerte» es porque existe evidencia de que tenía razón al defender su inocencia y negar su intervención para tapar el delito. Pues, según el juez, se archiva esta causa y absuelve a Oltra porque después de leer más de 48.000 correos y WhatsApp, entrevistar a funcionarios e implicados... No existe ningún vestigio de una posible intervención de Oltra. Pero, y siempre hay un pero que, en este caso, afecta a un asunto de trascendencia esencial que no puedo ni debo esconder: y es que, en un principio, también he dicho «por desgracia» porque la decisión del juez es una suerte al liberarla de culpa, pero deja perfume de desgracia al llegar tarde y no repararlo todo.

Oltra, por dignidad y ética y no dañar a sus compañeros de partido y al gobierno de Ximo Puig, de coalición progresista, dimitió y perdió su sueldo y empleo. Se apartó de la vida política pública. Y por eso, ahora, uno se pregunta: ¿por qué la justicia en una causa sin indicios es tan lenta que no es justicia? ¿Por qué ninguno de los responsables de esta farsa judicial, política y mediática paga o pide perdón? ¿Qué pasará con quienes pusieron la denuncia falsa y la difundieron? Posiblemente nada, sacaron tajada y hoy disfrutan del Consell, del gobierno. Fue un ataque a la democracia.

Analista político