Primera RFEF

CD Castellón | Radiografía de una crisis

Tras un arranque fructífero, Albert Rudé presenta números de descenso en los dos últimos meses

El centrocampista Josep Calavera se lleva las manos a la cabeza en el último partido del Castellón en Castalia.

El centrocampista Josep Calavera se lleva las manos a la cabeza en el último partido del Castellón en Castalia. / ERIK PRADAS

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Inmerso en una dinámica negativa, el Castellón recibirá el sábado a un rival directo en la zona alta, el filial del Barcelona. Lo hará con el discutido Albert Rudé en el banquillo local de Castalia. Así lo indicó, de manera implícita y a través de Twitter, el presidente Haralabos Voulgaris, que pidió también el apoyo de la afición en la recta decisiva del curso.

El máximo mandatario, que la semana pasada calificó de «absurdo» un hipotético despido de Rudé, sigue confiando en el entrenador pese a los malos resultados. Eso sí, la tendencia del equipo debe virar cuanto antes. Aunque el Castellón continúa en puestos de play-off (cuarto con dos puntos de margen), hace tiempo que su rendimiento sobre el terreno de juego no se corresponde con su posición en la tabla. De hecho, el equipo de Albert Rudé se ha desplomado en los dos últimos meses del campeonato. Después de un arranque fructífero, donde el preparador albinegro sumó 13 puntos de 15 posibles, el bajón en la productividad ha sido tan llamativo como inapelable: 8 puntos de 24. Números de descenso.

Las rachas

En esta franja de la temporada, el Castellón sería el 16º del grupo y ha cedido 6 puntos respecto al líder Eldense. El conjunto alicantino tampoco es que esté muy allá. La diferencia es mayor con otros rivales importantes como el Amorebieta, que ha sacado 11 puntos a los albinegros en este periodo, o el propio Barcelona Atlètic, que ha sumado 10 puntos más. El filial del Barça es uno de los equipos más en forma del campeonato y el sábado en Castalia puede dar la dentellada definitiva al paso de Rudé por el banquillo del Castellón.

Castalia, que ha sido el refugio del equipo durante toda la temporada, puede dictar sentencia. Una parte considerable de la afición ha mostrado su malestar en las últimas citas, pidiendo con cánticos el adiós del entrenador, una postura que puede reproducirse el próximo sábado. A la vez, el factor Castalia se ha difuminado también en esta racha nefasta de los últimos tiempos. El Castellón, antaño mejor local de la categoría, ha perdido ese privilegio. Lleva dos partidos consecutivos sin ganar en casa: el 0-0 ante el Nàstic de Tarragona y el 1-2 ante el Calahorra. Cinco puntos al limbo que lo han expulsado de la pelea por el ascenso directo. La primera plaza se encuentra a 7 puntos de distancia a apenas seis jornadas para la conclusión de la Liga regular.

Motivos

¿Qué ha llevado al Castellón a esta situación? Seguramente un cúmulo de circunstancias. Entre ellas, el club ha deslizado las numerosas lesiones en futbolistas llamados a marcar las diferencias. Tanto de jugadores que empezaron la temporada --el flanco izquierdo ha sufrido con las dolencias de Javi Antón y Salva Ruiz-, como de varias de las grandes apuestas del mercado invernal. El central Borja Granero y los atacantes Jesús de Miguel y Adri Fuentes, en especial, se han perdido muchos encuentros por lesión. El Castellón pinchó en la ventana de enero: el único que ha estado siempre disponible ha sido otro hombre de ataque, Isra Suero, cuya productividad ha sido escasa.

Albert Rudé, en Castalia.

Albert Rudé, en Castalia. / Gabriel Utiel

Por el camino, igualmente, el equipo de Rudé ha perdido fiabilidad defensiva. Las porterías a cero, con la racha de imbatibilidad del portero Alfonso Pastor, fueron un argumento positivo hasta dos jornadas atrás. En los últimos partidos, rivales de la zona baja como Calahorra y Sabadell han marcado un total de cinco goles al Castellón, cada vez más necesitado de una reacción y, de momento, con la comprensión de Bob