8 cosas que no tienes que hacer en las fiestas de la Magdalena

Las fiestas de la Magdalena están a la vuelta de la esquina. Castelló disfrutará del 11 al 19 de marzo de un sinfín de actos en los que miles de autóctonos y visitantes tienen la diversión asegurada. Pero para gozar como toca de la semana grande tienes que saber que al margen de la obligación de pasárselo bien existen una serie de prohibiciones a tener en cuenta.

Cosas que no hacer en Magdalena

• Para presumir no hay que sufrir. Una de las características de la ciudad de Castelló es que apenas cuenta con repechos que dificulten el camino, de ahí el nombre de Castelló de la Plana. Sin embargo, completes o no la Romeria del primer domingo de fiesta (siete kilómetros separan la Plaza Mayor de la Ermita), lo cierto es que en Magdalena se camina… y mucho. Para ir a los mesones, conciertos, mascletaes y demás actos tienes que saber que es imprescindible llevar calzado cómodo para evitar sufrimientos innecesarios. Deja los tacones o los mocasines para otras ocasiones, pues al margen de la incomodidad probablemente no llegarán impolutos a casa. 

• Madrugar no es una obligación. Eso de ‘a quien madruga, Dios le ayuda’ no es un refrán válido para Magdalena. Si tu propósito es el de acostarte temprano para aprovechar la mañana, por muy loable que sea la intención quizá no sea fácil llevarla a término. El sonido de las verbenas y conciertos nocturnos es probable que dificulte tu sueño durante toda la semana, así que salvo que sea necesario por motivos laborables casi te diríamos que es más prudente unirte a la fiesta que dar vueltas en la cama maldiciendo a collas y gaiatas.

• El vestido no es un disfraz. Los trajes regionales de la ciudad de Castelló son habituales durante las fiestas de la Magdalena. Si piensas que es un cumplido para los castellonenses decir que te gusta “el disfraz” ahórrate el piropo. Son vestidos con mucha historia y mucho trabajo detrás. Por no hablar de confundirlo con el vestido de fallera. Difícil imaginar una afrenta mayor.

• Orinar por las calles. Existen normas como la de beber en la calle o la de ruidos que se modifican con ocasión de las fiestas de la Magdalena. No así la de realizar necesidades fisiológicas como defecar, orinar o escupir en cualquier espacio o vía pública. Así lo recoge el artículo 24 de la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana de Castelló. Ojo porque en este mismo documento estipulan multas por infracciones leves de hasta 750 euros, así que no orinar donde corresponde te puede salir muy caro.

• Despreciar las gaiatas. Igual que es obligatorio el respeto por las indumentarias tradicionales de los castellonenses que apuestan por vestirse con trajes regionales también es recomendable no despreciar públicamente uno de los elementos más tradicionales de las fiestas: Las gaiatas. Hablamos de un monumento de luces realizados en madera, cristal, abalorios y fantasías de luz. Tiene carácter alegórico y representa el traslado de los antiguos habitantes del Castell Vell al llano, donde se asentó la ciudad. Pueden no gustarte, pero son parte de la historia de Castelló y presumiblemente despreciarlas no te ayudará a integrarte.

• Dejarlo todo a última hora. Si llegas tarde a la mascletà lo normal es que no puedas disfrutar de su espectáculo en una posición privilegiada. Si no reservas para comer o cenar, teniendo en cuenta la afluencia de clientes a bares y restaurantes de la ciudad durante toda la semana, lo normal es que no tengas mesa. Y así con casi todo. Recomendamos tener paciencia y planificar en la medida de lo posible.

• Encender brasas en cualquier parte. No, en Castelló no vale todo desde el 11 al 19 de marzo. El sentido común es un buen consejero a la hora de discernir lo que se puede y lo que no se puede hacer. Entre este último apartado se encuentra el de encender fuego, realizar paellas o cualquier tipo de cocinados, disparar castillos o artificios pirotécnicos… en zonas ajardinadas o inflamables. Así pues la realización de fuegos, hogueras, paellas, barbacoas, chocolatadas, actividades pirotécnicas… están prohibidas salvo en los supuestos que expresamente se autoricen.

• Coger el coche. Por extraño que parezca, en Magdalena es más fácil circular con un carro engalanado como el de la imagen superior que en coche en buena parte de la ciudad. Si ya de por sí es difícil conducir en Castelló, en fiestas se antoja misión casi imposible, no solo por las calles cortadas sino por la dificultad a la hora de encontrar aparcamiento.