Sanspok, del solitario a la banda

El grupo nació en una habitación cerrada y ahora está a punto de sacar su primer álbum

Sanspok

Sanspok / Mediterráneo

Laura Colmenero

Sanspok comenzó siendo el proyecto en solitario de Sophie. Ella empezó de la nada a tocar con una guitarra desafinada. «Mi padre me llevó a una tienda de segunda mano y me compró una guitarra eléctrica por 50 pavos, sin marca y con cuerdas oxidadas», relata. «Pasaba mucho tiempo tocando en mi habitación, era prácticamente lo único que hacía cuando no estaba con nada», cuenta. Muchos años después, y con tres miembros más, está a punto de sacar su primer álbum: Odisea Funkypunk.

Su música en solitario tenía cierto punto melancólico que la gente notaba. «Todo el mundo decía que sonaba muy triste», comenta. Y para sorpresa de todos, efectivamente, lo estaba. Fue cuando empezó a confiar en ella misma y su música que se animó a mostrar lo que hacía. Subió algunos temas a YouTube y se metía donde podía para tocar, muchas veces lo hacía gratis. 

Síntesis entre sus músicos

Conoció al que actualmente es el solista del grupo, lo que hizo que se planteara la posibilidad de formar una banda. Encontraron un batería y empezaron con un bajista diferente al actual, con el que no acabaron de congeniar. Y así nació Sanspok.

Surgió de la síntesis entre sus músicos. Se juntaron Ferran, Andreu, Mateo y Sophie y consiguieron entenderse entre ellos tanto que la música fluía. Sanspok es un grupo que juega con la libertad que la misma composición da cuando se deja fluir. «Es una odisea», lo define Sophie. Ellos siempre se han dejado llevar. Y la cantante lo quiso dejar claro desde el principio con su grupo: «Que hay completa libertad, que la música se hace sola y nosotros somos simples prismas para sacar lo que ya existía en alguna parte». Sophie entiende la música como algo que surge, más allá de los músicos. 

Primer disco

Ahora trabajan en su primer disco: Odisea Funkypunk. Que calculan que saldrá a la luz en septiembre. Ella describe el estilo del disco como una mezcla entre «lo trippy, pegadizo y raro del funk», todo eso, junto a un estilo punk, con la «fuerza y reivindicación» que lo caracteriza por norma. Una descripción que, más allá de definir sus canciones, también marca su estilo y su inspiración.

Sin normas ni ataduras, se dejan llevar por la variedad y por un sonido que no está ceñido. Cada tema lo definen como «una dimensión» distinta. Un álbum de ocho canciones en el que cada una es distinta a la anterior. 

Más que tocar notas

Su pensamiento sobre la música trasciende. Van más allá de lo simple de tocar notas. «Pienso que somos meros prismas de transmisión de frecuencias», dice. Para ella, los músicos son simples herramientas: «No hacemos canciones, permitimos a las canciones salir a través de nosotros». Todo esto con una premisa que es necesaria para que su creación surja: «Estamos abiertos a la experimentación absoluta». Una concepción de su música que hace que no tenga límites en su creación. «Empecé escribiendo sobre mi tristeza y acabe escribiendo sobre el universo», cuenta Sophie.

Viajes psicodélicos

Su inspiración es tan empírica como su música. Los viajes psicodélicos, los sueños y cada una de las experiencias de su día a día les dan vida a sus canciones.

Sophie lo describe de la siguiente forma: «Estar constantemente observando y cuestionando es la principal forma de que las ideas nazcan». 

Tocarán a finales de Magdalena cerca del recinto de la mascletà. Concretamente, el concierto será el sábado 18, a las doce de la mañana, en la calle Juan Herrero, junto a Mondo Rítmic.