Las gaiatas, un oficio altruista

Vanesa Pérez es artista gaiatera y presidenta de la Associació d’artistes gaiaters

La entidad reivindica que se reconozca como profesional su labo que, por el momento, es un trabajo voluntario

La artista  Vanesa Pérez, presidenta de la Associació d’artistes gaiaters durante el homenaje a Pepín Marco en el Palau de la Festa.

La artista Vanesa Pérez, presidenta de la Associació d’artistes gaiaters durante el homenaje a Pepín Marco en el Palau de la Festa.

Laura Colmenero

En el almacén de gaiatas Pepín Marco, se congregan hombres que se dedican en su tiempo libre a este arte que caracteriza a la ciudad en los días de Magdalena. Entre estos artistas, resalta Vanesa Pérez, que es la presidenta de la Associació d’artistes gaiaters, además de artista en la gaiata 6, que resultó ganadora el año pasado.

Ella formaba parte de la asociación cuando Pepín Marco, que ahora da nombre a los almacenes, todavía tenía el cargo de presidente. Pérez empezó a dedicarse a este arte allá por el año 99, hasta ahora, que ostenta el cargo más importante de la asociación. Su proceso para convertirse en artista gaiatera fue algo que iba con sus aficiones. «A mí siempre me ha gustado el arte», reconoce Pérez. Y decidió fluir con lo que le gustaba. Así, encontró en el arte de las gaiatas un motivo para seguir dedicándole horas a la creatividad y la artesanía.

La pesidenta comenta que los artistas gaiateros dedican «horas de su tiempo libre» para crear estos monumentos. Con ello, sacrifican gran parte de su vida personal, familiar y social para sacar adelante un elemento fundamental de las fiestas. Algo que reconoce la presidenta es que «muchos trabajan por la noche» de forma totalmente altruísta, cuando ya pueden dejar a un lado las responsabilidades del día. Es, además, un trabajo largo, de unos nueve meses, que arrastran con la ilusión de poder «levantar algo significativo», que represente a la ciudad y a su comisión, y, en definitva, que les haga reconocerse como artistas gaiateros.

Una de las reivindicaciones que comenta la presidenta, es la de conseguir que el arte de las gaiatas esté reconocido. «Que haya una formación, y que puedas trabajar de ello» es algo que la artista resalta. Lo compara con los artistas falleros, que sí pueden estudiar y obtener una formación profesional. Ellos, además, sí están reconocidos como trabajadores profesionales.

La entidad no tiene mucho tiempo de vida, pero durante su trayectoria, se ha dedicado a poner en valor la artesanía y el trabajo de los artistas gaiateros. Su labor para conseguir el reconocimiento de las gaiatas pasa por visitas a colegios, para enseñar a los más pequeños todo el proceso de elaboración de los monumentos. También tienen una web en la que publican tutoriales sobre todo el proceso. Un trabajo que, reconoce, además de laborioso, es sencillo: «Primero se hace un boceto, calculo las estructuras, y empezamos a construir». 

Un arte de ellos

Pérez reconoce la falta de referentes femeninos que tuvo en el mundo de las gaiatas. A pesar de ello, su gusto por el arte y por la pintura la animaron a seguir creando y a formar parte de ello. «En los últimos años las cosas han cambiado», asegura, pero reconoce que cuando ella empezó no había artistas gaiateras. «Era un poco duro, me miraban un poco de lado», asegura, y continúa: «Parecía que no les cuadrara mucho». Sin embargo, la artista reconoce que las mujeres sí formaban parte del proceso. Aunque no fueran las que elaboraban la gaiata, sí que ayudaban a los hombres en el trabajo.