Opinión | CON LAS OREJAS TIESAS

¡Para que se nos caiga la cara de vergüenza!

Ayer mismo llamé al club de pádel donde tenía una pista reservada para avisar que finalmente no podré acudir este domingo a jugar. La respuesta inmediata fue darme las gracias encarecidamente por haber avisado y no dejarles colgada una pista en pleno fin de semana, que suelen estar saturados.

Aluciné porque agradecían que yo hubiese hecho lo que entiendo que debemos hacer cualquiera: avisar cuando cambiamos de planes que afectan a otra persona o a una empresa, como es este caso.

Bueno, en realidad no alucino, porque estamos cansados de ver cómo todos los restaurantes de Castellón se encuentran diariamente con el marrón de tener una mesa vacía pese a tener lista de espera porque el que ha reservado no ha acudido sin avisar.

Pero con lo que sí alucino es que no se nos caiga la cara de vergüenza cuando nos cuentan que el año pasado casi 130.000 personas no acudieron a su cita con el médico en la provincia. Entre el servicio de atención primaria y las especialidades estamos hablando de que, cada día laborable, fueron 500 las personas que tenían una cita médica y dejaron plantados a sus médicos y, lo que es más grave, impidieron que mucha gente que necesita atención sanitaria, no pudiese adelantar su tratamiento por esta falta de previsión y de vergüenza.

Lista de espera

Entiendo que, en muchos casos, la persona que ha solicitado su cita, especialmente en el centro de salud, ya se encuentra perfectamente bien cuando le toca su turno. Y es que los retrasos en la atención médica por falta de personal provocan, muchísimas veces, esta situación. Pero eso no justifica que no se llame al centro de salud para anular esa consulta y permitir que se pueda adelantar la ya dilatada lista de espera.

Por eso, porque no se nos cae la cara de vergüenza cuando faltamos el respeto a los demás, yo sí que soy partidario de establecer una penalización, aunque sea simbólica, a aquellas personas que además de impedir que se agilicen los plazos en la sanidad, demuestran una falta absoluta de respeto por el resto de ciudadanos.

Periodista