Castellón se asoma al verano con las reservas de agua más bajas en 24 años

Los pantanos se encuentran a tan solo el 24,8% de su capacidad, la mitad que el año pasado.

Desde octubre ha llovido un 75% menos de lo normal y las previsiones para los próximos meses no son buenas

La falta de lluvias abundantes está vaciando los embalses de Castellón.

La falta de lluvias abundantes está vaciando los embalses de Castellón. / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Elena Aguilar

En España hay dos maneras de mirar al cielo. En el norte están hartos de la lluvia, mientras que aquí, cuando se levanta la vista, se hace con cara de súplica. Y eso que esta semana, por fin, las tormentas se han acordado de Castellón y ayer, por ejemplo, las precipitaciones fueron generalizadas en prácticamente toda la provincia. Unas lluvias, en muchos casos acompañadas de granizo, que sin embargo apenas sirven para aliviar crítica la situación de los pantanos, que están en el nivel más bajo de los últimos 24 años.

Las cifras que acaba de publicar la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) son incontestables. Tras meses con prácticamente cero precipitaciones, los embalses de la provincia siguen con su particular cuesta abajo y se encuentran al 24,88% de su capacidad, el valor más reducido en un final de mayo desde el año 2000, cuando el nivel de las presas se situó en el 15,70%. Pero es que, además, las reservas de ahora suponen la mitad que las registradas hace un año, cuando el porcentaje era de 50,27%.

De los dos grandes pantanos de Castellón, el de Arenós y Sitjar, el primero es el que se encuentra en una mejor situación. Acumula 32,77 hectómetros cúbicos de agua y está al 20,54% de su capacidad. El de Sitjar, por su parte, se halla al 27,08% y embalsa apenas 13,35 hectómetros cúbicos de agua. En peor situación se encuentra el pantano de María Cristina que con solamente 0,75 hectómetros cúbicos de agua se sitúa al 4,04% de su capacidad.

Buena parte de los embalses de Castellón están en la UCI y todo por la falta de precipitaciones. Los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hablan de uno de los años hidrológicos más secos desde que existen registros y desde el pasado 1 de octubre el déficit de lluvias se estima en un 75%. Y lo peor es que las previsiones a corto y medio plazo no son nada optimistas. Tanto la CHJ como expertos como Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante y director del Laboratorio de Climatología, hablan de una segunda parte de la primavera «bastante seca y calurosa» en la zona mediterránea y un verano «con muy pocas lluvias».

A la cola del país

La falta de lluvias explica también por qué la situación de los pantanos de Castellón es mucho peor que la de la mayoría de provincias. Almería es quien está peor (las reservas de sus presas apenas alcanzan el 10%), y después ya se sitúan siete provincias españolas cuyo porcentaje de agua embalsada oscila entre el 20 y el 29,9%. Ahí están por ejemplo Castellón, pero también Alicante, Málaga, Murcia, Barcelona o Girona.

Porcentaje de agua embalsada por provincias.

Porcentaje de agua embalsada por provincias. / Mediterraneo

La sequía sigue haciendo estragos y la CHJ ya ha tomado medidas. Tras decretar la emergencia hídrica (fase máxima) en los sistemas del Palancia y Sènia, a principios de mes declaró la alerta en el del Millars (de este río no dependen abastecimientos urbanos) y ha obligado a más de 20.000 regantes de la Plana a ahorrar un 10% durante los próximos meses. 

Lo peor, sin embargo, se vive en el interior. Municipios como Ares o Xodos tienen que abastecerse con camiones cisterna, Aguas de Benassal ha planteado un ERTE por fuerza mayor y las organizaciones agrarias cuentan por miles las pérdidas que la falta de lluvias está provocando en la agricultura.

Los ayuntamientos tampoco ocultan su preocupación. Algunos como Castelló o la Vall d’Uixó han iniciado acciones para ahorrar agua y mañana la Diputación y la CHJ celebrarán en Castelló (9.30 horas en las nuevas dependencias de la Diputación) una jornada sobre la gestión de la sequía en los abastecimientos urbanos y en la que los técnicos pondrán encima de la mesa qué más se puede hacer para gastar menos recursos. 

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