FERIA EN BOLONIA

Informe: las claves de la cerámica de Castellón en Cersaie

El 40º aniversario de la cita de Bolonia experimenta un aumento de visitantes, mientras las firmas participantes esperan el ansiado aumento de las ventas

Afluencia de visitantes en una de las jornadas de Cersaie en este 2023.

Afluencia de visitantes en una de las jornadas de Cersaie en este 2023. / Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Una feria es un evento parecido a una siembra. Apagados los focos de la 40ª edición de Cersaie, las empresas azulejeras de Castellón que han tomado parte en la convocatoria esperan recoger sus frutos en forma de contratos, y que este momento llegue lo más pronto posible. Después de los fuertes sobrecostes energéticos del año pasado, el sector atraviesa un frenazo en las ventas, con una caída del 26% en las exportaciones en el acumulado de enero a julio. Estas son las claves que resumen la feria.

Un regreso para bien y para mal

La edición del pasado año ya fue la primera prácticamente libre de medidas anticovid. Pero esta ocasión ha supuesto el regreso de los visitantes procedentes de Extremo Oriente. Un hecho que encierra dos lecturas: las empresas han recibido a más compradores potenciales de Filipinas, Vietnam o China, aunque a la vez se teme que muchos de estos visitantes, sobre todo chinos, se hayan dedicado a ver las últimas tendencias, impulsadas especialmente por España e Italia, para copiarlas en sus propias fábricas.

De manera paralela, fue muy evidente la presencia de asistentes procedentes de India. Un país que se ve como una de las primeras amenazas en mercados orientales o la costa oeste de los Estados Unidos. El director general del grupo Pamesa, José Manuel Llaneza, detalla que desde hace unos años «ya había cerámica de India a precios agresivos, y con la bajada de la demanda eso se ha acentuado más».

Unos referentes en innovación

Para mantener el tipo ante frentes tan delicados como los costes, la competencia de terceros países o la contracción de la economía como efecto de la inflación, la receta más repetida entre las empresas españolas en Cersaie es la innovación y ofrecer unas prestaciones que solo sus fábricas pueden elaborar. Más que nunca, en esta edición se ha manifestado la importancia de contar con una amplia gama en gran formato, como un segmento que sigue en auge. Además, se ha detectado la importancia de la tecnología en esmaltes, con una España líder mundial en este campo, para reproducir con la máxima fidelidad cualquier tipo de materiales. Atrás quedan los tiempos en los que las baldosas trataban de imitar el parqué de madera. En esta feria se han podido ver piezas que cuestan cada vez más distinguir del material original, incluso al tacto. Del mismo modo ocurre con los granitos o piedras naturales.

Con los costes laborales de India, China o Turquía es difícil competir en precio, así que la receta es ser los primeros a la innovación y ensalzar el valor añadido.  

¿Qué pasa con las esperadas ayudas?

Las ayudas para salvaguardar el sector de la cerámica ya eran urgentes en la edición del año pasado. Transcurrido este tiempo casi todos los grupos empresariales han tenido que pedir paros temporales, y algunos han llegado a recortar personal. Pues bien: las ayudas, cuando llegan, lo hacen a cuentagotas. El Gobierno anunció a finales de diciembre las medidas a las gasintensivas. En agosto se acabó el plazo para enviar las solicitudes, y no se sabe el dinero que llegará. Muchas empresas ni tan siquiera se han animado ante la farragosa burocracia.

También hay ayudas del Consell. El president de la Generalitat, Carlos Mazón, dio a conocer en su visita a Cersaie que se aumenta la cantidad de dinero no retornable dentro de los créditos del Institut Valencià de Finances, y que se reforzará el personal para poder analizar las solicitudes. Afirmó que hasta ahora se han aprobado 11 operaciones para la industria azulejera y de esmaltes, y que el objetivo es llegar hasta las 50.

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