Cítrics de Nules cerró por «falta de financiación» y sigue sin despedir todavía a los trabajadores

El informe presentado la semana pasada por la administración concursal de Cítrics de Nules ante el juzgado correspondiente describe el desenlace de la última cooperativa de la localidad como un «concurso fortuito». No se ha detectado «ninguna actuación de culpa grave o dolo», y aunque existe un «conjunto de concausas», la principal ha sido el dinero, la «falta de financiación», que ha imposibilitado el mantenimiento de la actividad y, por tanto, ha llevado a la declaración de liquidación.

Los expertos consultados afirman que esta ha sido una tramitación «inusualmente rápida», atendiendo a los largos procesos que suelen acompañar a los concursos de acreedores, pese a que quienes están acusando el cumplimiento de los plazos legales son los trabajadores que, a día de hoy, más de cinco meses después de que se iniciara el ERE, siguen sin haber recibido la carta de despido. Algo que según el comité de empresa, está llevando a una parte de la plantilla a una situación «crítica», sin ningún tipo de ingreso en ese tiempo.

Todavía no se ha dictado el auto

La razón de que sigan vinculados a la empresa es que todavía no se ha dictado el auto del juzgado de lo Mercantil de Castellón que así lo autorice. Desde el comité de empresa se pide «urgencia» y «sensibilidad» con la situación de los empleados, aunque como ha podido saber Mediterráneo, el tribunal está «dentro de los plazos». Se estima que esta misma semana podría publicarse esa resolución, en la que van a establecerse las indemnizaciones a percibir, aunque los mismos expertos advierten de que cabe recurso, por lo que habrá que aguardar a cumplir ese plazo. En el caso de que el auto fuera recurrido, «se complicaría mucho la situación», porque se demoraría la resolución de esta parte del cierre de la cooperativa.

Tan importante para los 1.043 trabajadores fijos discontinuos afectados por el ERE como que se formalice su despido es que pudiera concretarse alguno de los acuerdos de transmisión de la unidad productiva de los activos que hay sobre la mesa. Son varios los inversores interesados. De acuerdo con la información a la que ha tenido acceso este periódico, solo la maquinaria está valorada en unos 6 millones de euros --una cantidad que será negociada--, lo que permitiría hacer frente al pago de las indemnizaciones de los empleados en primer lugar, que rondarían los 5 millones. A día de hoy no hay nada definido.

De no concretarse esa adquisición a corto plazo, debería ser el Fogasa el que asumiera el pago que le corresponde a cada trabajador, y para eso, como en la mayoría de las cuestiones que tienen que ver con este tipo de procesos concursales, no hay un plazo claro definido, depende de muchas circunstancias, entre ellas, que este organismo estatal disponga del dinero suficiente para abonarlo.

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Dificultades de la plantilla

En el comité de empresa se preguntan por qué han tenido que esperar tantos meses a verse liberados. Desde UGT advierten que un 40 o 45% de la plantilla se corresponde con personas «que tienen una edad que les dificulta recolocarse y que al no tener el despido, no pueden acceder ni a los subsidios que les corresponderían ni al paro, son gente humilde que están en una situación muy delicada, por lo que debería agilizarse».

Las fuentes consultadas inciden en que la situación de los trabajadores «ha sido una prioridad y una preocupación máxima tanto del administrador concursal como del Ayuntamiento y la Conselleria», pero «no es posible legalmente emitir las cartas de despido hasta que no se publique el auto judicial y que este sea firme». 

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