EL PROBLEMA: IDENTIFICAR LOS SÍNTOMAS EN LA DISTANCIA

Cazadores dicen asumir un «alto riesgo legal» al abatir cabras por frenar la sarna en Castellón

Cometer un error y matar un ejemplar que esté sano puede considerarse un delito

En 2023 flexibilizaron el protocolo para el sacrificio de animales infectados

Cadáver de una cabra hispánica afectada por la sarna encontrado en el término de Albocàsser.

Cadáver de una cabra hispánica afectada por la sarna encontrado en el término de Albocàsser. / MEDITERRÁNEO

La opinión mayoritaria entre profesionales y personas implicadas es que, a día de hoy, la única opción para frenar la expansión de la sarna sarcóptica en la provincia de Castellón es disminuir la densidad de población de cabras silvestres y sacrificar a los animales infectados para reducir los contagios. Sin embargo, el asunto es complejo, porque identificar a un ejemplar enfermo no es tan fácil y errar puede considerarse delito.

Los cazadores, que son quienes están adoptando en su mayor parte esta medida con la autorización expresa de la Conselleria de Medio Ambiente, advierten de que a título personal «estamos asumiendo un alto riesgo legal, una responsabilidad demasiado grande por frenar este problema sanitario». En esos términos exponen la situación desde el coto de Albocàsser, donde está localizado uno de los brotes confirmados.

El permiso autonómico se limita al sacrificio de cabras infectadas, y la caza de animales sanos está limitada a los cupos, estrictamente regulados. El principal inconveniente es ser capaz de reconocer la enfermedad a distancia. «Las cabras no se acercan, las avistas y tienes que disparar desde lejos y los signos de la sarna, según en qué fase esté, se pueden confundir con cambio del pelaje o con heridas que nada tienen que ver con la infección». En los casos más evidentes, «el animal ya está muy enfermo y ya ha contagiado».

Ante la duda, mejor no disparar

Las autoridades lo tienen claro. Según fuentes profesionales consultadas, «ante la duda, no hay que disparar», porque de hacerlo y abatir una cabra sana en un coto sin autorización expresa puede considerarse un delito contra la flora y la fauna tipificado en el código penal (artículo 335), con imposición de multas e inhabilitaciones.

La sarna en los cabras silvestres es mortal, como demuestra el hallazgo habitual de cuerpos de animales enfermos.

La sarna en los cabras silvestres es mortal, como demuestra el hallazgo habitual de cuerpos de animales enfermos, como el de la imagen. / MEDITERRÁNEO

Desde la sociedad de cazadores de Albocàsser indican que ese riesgo persuade a muchos compañeros de implicarse en la lucha contra la sarna, y apuntan a que haría falta un mayor respaldo de la administración, «por la responsabilidad que nos están trasladando».

En el 2021 se estableció un protocolo que obligaba a los cazadores a tomar muestras de sangre y heces, embolsar los cadáveres y enterrarlos en cal. Ahora han flexibilizado las exigencias.

Con todo, las condiciones que les imponen han cambiado. En el 2021, dos años después de detectarse la presencia de la sarna en Els Ports, se estableció un protocolo que exigía a los cazadores tomar muestras de sangre y heces, embolsar los cadáveres y enterrarlos en cal, entre otras indicaciones. Desde el 2023, esa normativa se ha flexibilizado. Los cotos solo deben notificar el abatimiento de la cabra enferma para que un celador acuda, tome las muestras y retire el cuerpo si se considera necesario. Esas muestras se analizan después para confirmar la sarna.

Los cazadores están en mejor posición ahora que hace dos años, pero sienten que «se ha llegado muy tarde», porque desde el primer brote «han pasado 5 años» y la enfermedad ya diezma la población de cabras por toda la provincia.

330 casos confirmados

Ofrecer un dato oficial del porcentaje de población de cabra hispánica afectada por la sarna sarcóptica en Castellón es muy complicado. Entre otras cosas, porque los brotes no dejan de reproducirse y se expanden de norte a sur, pero sí que disponen de información concreta sobre las muestras que se han tomado desde el 2019 --cuando se confirmó el primer brote en Els Ports-- hasta la actualidad.

 Desde la Conselleria de Medio Ambiente exponen que desde el 2019 se han analizado 421 muestras, de las cuales 330 dieron resultados positivos para la sarna. Indican que entre el 2019 y el 2022 el brote afectó mayoritariamente a Els Ports y la Tinença de Benifassà, pero a partir del 2023 se extendió a zonas de la Plana Alta, Alt Maestrat y el Alto Mijares, y reconocen «casos aislados» en la comarca de l’Alcalatén.

 En lo que llevamos de 2024 contabilizan 18 casos confirmados, «con especial incidencia en Alt Maestrat y Alto Mijares».

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