Opinión | A FONDO

El futuro está a la vuelta de la esquina

Cuando una nueva tecnología irrumpe en nuestras vidas, siempre lo hace rodeada de debate. La euforia inicial por las posibilidades que ofrece este nuevo desarrollo pronto se ve atenuada por la natural resistencia al cambio del ser humano y el temor al impacto que la tecnología tendrá en nuestro sistema económico, social y cultural. Ocurrió con la revolución industrial o con aparatos tan a la orden del día como el teléfono, la televisión o internet. Cómo no iba a ocurrir, pues, con una tecnología tan disruptiva como se plantea que será, y de hecho ya lo está siendo, la inteligencia artificial.

La capacidad de las máquinas para imitar la inteligencia humana que puebla buena parte de la literatura y cinematografía de ciencia ficción ya está aquí. Es una realidad que va a cambiar la sociedad en la que vivimos, como la aparición de las primeras fábricas modificó para siempre la economía y los sistemas de clases en el siglo XIX. Pero nada en la vida, ninguna herramienta o tecnología, es buena o mala por sí misma; su beneficio (o no) para la humanidad vendrá definido por el uso que hagamos de ella.

Por eso, esta semana las páginas de Internacional de este periódico han traído una noticia que va a ser también muy importante para el futuro de nuestros pueblos y ciudades: el Parlamento Europeo acaba de aprobar la primera regulación de la inteligencia artificial del mundo. Una normativa que pretende poner límites a los riesgos que no supongan cortapisas para las ventajas de una tecnología en constante evolución. Tanto, que las innovaciones aparecidas en estos últimos años han retrasado su tramitación, que arrancó en 2021.

Aunque es pronto para entrar en el fondo de la normativa europea, lo que está fuera de duda es de la importancia histórica de empezar a regular esta tecnología, con el objetivo de aprovechar al máximo sus potencialidades, minimizar sus riesgos y lo más importante, salvaguardar los derechos humanos.

Frente al pesimismo apocalíptico de quienes ven en la inteligencia artificial una amenaza al mundo tal y como lo conocemos hoy en día o el optimismo imprudente e irreflexivo de quienes se ciegan por las posibilidades infinitas de la tecnología, debemos abordar la inteligencia artificial como lo que es: una herramienta fascinante que abre un sinfín de posibilidades para mejorar mucho nuestras vidas, si sabemos hacer uso de ella. Con respeto y conscientes de los riesgos, pero sin miedo.

Los robots nos tienen que ayudar a construir una sociedad mejor. Y, si bien muchos puestos de trabajo desaparecerán con la aplicación de esta nueva tecnología, se crearán muchos otros, como siempre ha pasado en la historia.

Pioneros

En Vila-real, que fuimos pioneros en la provincia en obtener el título de Ciudad de la Ciencia y la Innovación --revalidado en tres ocasiones--, no podíamos permanecer ajenos a la revolución tecnológica que se avecina. Son varias las iniciativas que estamos planteando para abordar esta nueva realidad, desde un debate sereno y reflexivo, hacer frente a los retos que nos presenta y aprovechar las oportunidades que nos brinda. En esta línea, la semana pasada celebramos en Vila-real las I Jornadas educativas de inteligencia artificial; un seminario promovido por la Concejalía de Educación y el Cefire, con la colaboración del colegio Fundación Flors y su profesor Ernesto Boixader, además de la Universitat Jaume I. Estas jornadas, en las que tuve la ocasión también de participar, perseguían precisamente eso: profundizar en todo lo que la inteligencia artificial puede ofrecer para favorecer la innovación en un sector fundamental para el desarrollo y el progreso como es la educación. En la nueva Vila-real del siglo XXI, estaremos, pues, preparados para un futuro que está a la vuelta de la esquina.

Alcalde de Vila-real