FIESTAS PATRONALES DE LA SAGRADA FAMILIA Y EL SANTÍSIMO CRISTO

Las peñas ofrecen en la Vall dos toros a medida de la valentía de los 'rodaors'

El Quinto y Paga i Calla contribuyen con el patrocinio de los dos cerriles de la tarde

El Quinto patrocinó el primer toro de la segunda jornada taurina, un ejemplar de Torrehandilla.

El Quinto patrocinó el primer toro de la segunda jornada taurina, un ejemplar de Torrehandilla. / J. J. Montón

De los tres toros exhibidos este miércoles en la segunda jornada taurina de las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo de la Vall, los dos primeros --el tercero lo embolarán esta noche-- fueron patrocinados por dos peñas nacidas de la propia fiesta.

A El Quinto y Paga i Calla se les puede reconocer el mérito de haber hecho una buena elección, porque los dos astados, de Torrehandilla y Puerto de San Lorenzo, respectivamente, ofrecieron espectáculo y, sobre todo, facilitaron el lucimiento de los rodaors, que tuvieron la oportunidad de medirse de cerca con dos animales nobles que no rechazaron en ningún caso el cuerpo a cuerpo.

El encargado de inaugurar la tarde fue Trapero, de Torrehandilla, pero antes de que pisara la arena, El Quinto quiso hacer un reconocimiento a quien, según la propia peña, «es uno de los mejores rodaors del momento», el vallero Sergio Pinel. Antes del tercer cohete, le entregaron como regalo una fotografía en la que aparece en la salida del Juan Pedro Domecq que patrocinó la agrupación en estas mismas fiestas el año pasado, y que califican como «una de las más bonitas de la temporada».

El toro de Torrehandilla, de cerca.

El toro de Torrehandilla, de cerca. / J. J. Montón

Pinel, visiblemente emocionado y agradecido, fue uno de los aficionados que pudo arrimarse al toro. De hecho, fue el primer en recibirlo y después no fueron pocos a lo largo del recorrido los que se pusieron a prueba delante de un morlaco sin maldad pero dispuesto a entrar a cualquier quite.

Ejemplar impresionante

El mejor homenaje para la peña Paga i Calla fue el que supuso ver aparecer en la calle los 600 kilos de su Puerto de San Lorenzo, un morlaco monumental que fue grande en presentación y en nobleza. Los integrantes de este grupo de aficionados no dudaron en mostrar su satisfacción por el recibimiento obtenido y defendieron que «así deberían ser un Bou de Sant Josep».

Paga i Calla se hizo cargo de la segunda exhibición, un monumental  Puerto de San Lorenzo.

Paga i Calla se hizo cargo de la segunda exhibición, un monumental Puerto de San Lorenzo. / J. J. Montón

Corrió menos que el primero, pero ofreció momentos sublimes en los que los rodaors llevaron el peligro al límite sin más consecuencias que la ovación general. Unos instantes que cortaron la respiración del público y que acabaron como quienes organizan cualquier exhibición taurina quieren que acaben, con todos los protagonistas sanos y salvos en casa, salvo el toro, claro está.

Superado el ecuador de las fiestas, el edil del área, Ximo Zorrilla, valoró de manera «muy positiva» la participación en los actos, en especial en el Octubre Food Fest, «con llenos totales en cada una de las jornadas» y por un cartel taurino de calidad y sin incidentes.