La expansión de la sarna continúa y piden acciones a la Conselleria

Los cazadores dan por extinguida la cabra hispánica en Els Ports y la Tinença de Benifassà

En algunas zonas del norte de la provincia certifican que ya no hay ejemplares

Imagen de archivo de un grupo de cabras hispánicas cerca de Vilafranca, cuando era más fácil ver a estos animales.

Imagen de archivo de un grupo de cabras hispánicas cerca de Vilafranca, cuando era más fácil ver a estos animales. / Joaquín Alegre

La «extinción» de la cabra hispánica en Els Ports y la Tinença de Benifassà es un secreto a voces, como afirman expertos en materia forestal y cazadores. En algunas zonas del norte de la provincia de Castellón los animales han desaparecido. En otros puntos, la población se ha reducido un 95%.

En el mejor de los casos, hay enclaves donde aparecen nuevas crías que, si no se contagian de la enfermedad de la sarna, son los brotes verdes para un posible resurgimiento de esta especie salvaje. Es una «situación crítica», según denuncian fuentes de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Forestal y Conservación del Medio Ambiente (Aproca).

El sector cinegético espera un «cambio radical» en las políticas de la nueva Conselleria de Medio Ambiente, de la que depende en la actualidad su gestión, al frente de la cual está Salomé Pradas (PP). «Esperamos un giro de 180 grados respecto a lo realizado por la anterior Conselleria, que gestionaba Compromís», indican desde Aproca. 

Desde este colectivo solicitan una mayor inversión y políticas activas. Una opción que sugieren es crear pequeños reservorios para la reintroducción de la especie con ejemplares jóvenes previamente vacunados y saneados. Por otro lado, consideran «fundamental» que la Conselleria «mantenga y amplíe las parejas de celadores que ahora reparten el pienso medicalizado y abaten los animales que encuentran contagiados. Es la única medida efectiva que se ha aplicado hasta el momento y debe continuar. Es vital», remarcan. 

Propagación de la plaga

Por otra parte, el veterinario del CEU Cardenal Herrera, Jesús Cardells, afirma que «no existe ninguna constatación científica», una tesis que comparte con otros profesionales especialistas de distintos países europeos, de que las cabras huyan de la sarna al captar la enfermedad a través del olfato, como se cree en algunos foros. 

La única razón que explica su movimiento hacia al sur, y con este la propagación de la enfermedad, tiene que ver con su comportamiento natural. «Los machos dispersantes buscan hembras para aparearse y si no las encuentran en Els Ports, porque la población está muy diezmada, se trasladan para encontrarlas», detalla. 

Como ya sucediera con el paso de la enfermedad desde Tarragona a Els Ports, y desde esta comarca castellonense, como ya se ha constatado, a Teruel y por el interior provincial hacia territorio valenciano, los animales portadores del ácaro que contagia la sarna, van explorando territorios donde establecerse y es entonces cuando aparecen los primeros brotes. 

A su vez, se producen otras circunstancias como la que explica Cardells. «El año pasado hallamos un caso aislado en Espadilla, y lo cierto es que fue una verdadera sorpresa, porque no le encontrábamos explicación». Se estima que no fue por contacto directo entre cabra y cabra, sino probablemente «por algún rebaño doméstico que en su trashumancia pudo portar el ácaro que la contagió». El resultado es que «este año la enfermedad está desatada en esa zona, entre Espadilla y Fanzara».

Menos casos en esta época

En esta época del año, en primavera, los animales enfermos han fallecido o están en estado muy grave, a no ser que hayan mostrado resistencia. Esa es la razón por la que durante estos meses y hasta el otoño, hay pocas evidencias. Es a partir de septiembre cuando con la época del celo y el apareamiento se producen los contagios, que se patentan en el aspecto del animal entre los meses de diciembre y enero, «cuando las temperaturas son más bajas y el ácaro está en las mejores condiciones», detalla Cardells. El periodo de incubación de la sarna es de unos 150 días.

La situación en Els Ports es la consecuencia de la falta de intervención en este tipo de plagas. «La población se ha reducido muchísimo, aunque no está extinguida», en contraposición a lo que dicen desde Aproca. «A partir de ahora, podrán aparecer brotes más pequeños, por la propia genética del animal», apunta el veterinario. A los ejemplares que han resistido y a sus descendientes les afectará menos, «es la selección natural». Defiende que es un desenlace que «podría evitarse» desarrollando programas de investigación. 

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