Moros y cristianos

No, no voy a hablar de la zarzuela de Serrano que tiene el nombre que rotula este texto. Se trata de otro tema. Veámoslo. Para favorecer todo lo posible la repoblación, en el siglo XV, el consejo de Castelló, olvidándose de prejuicios, facilitaba a los musulmanes una subvención monetaria, parcelas de tierra y casas derruidas, en el llamado entonces Carrer nou (hoy Alloza), en las que pudieran alojarse. Junto a la muralla se ubicó su cementerio, en el lugar hoy ocupado por la calle de la Morería. Su mezquita ocupó el lugar en el que hoy se levanta la popular iglesia de San Nicolás. Es significativo que la estrecha calle hoy dedicada al Papa Luna, situada entre las de Alloza y Enmedio, se llamó en tiempos remotos de la Dula, palabra procedente del árabe hispánico dúla, y esta a su vez del árabe clásico dawlah: «turno», haciendo referencia a los ciclos de apacentamientos comunitarios de ganados guiados por un solo pastor.

Señalemos que la convivencia de los mahometanos con la mayoría cristiana fue cordial, sin que se registre en los documentos de la época ningún tipo de agresión o extorsión. Pero los tiempos eran tan difíciles que no convenía a los autóctonos andar con pendencias contra los foráneos mahometanos. En la relación de trabajos tarifados en la peyta figuran, además de los labriegos, algunos de ellos con parcelas propias y varios transportistas que comerciaban con otras comunidades islámicas de localidades de las dos comarcas de La Plana. Entre los productos acarreados cabe señalar, singularmente, los procedentes del campo, las telas, cerámicas, vidrios o cueros, muy habituales en la industria local. Otras profesiones, alternadas en muchos casos con la agricultura para lograr un sobresueldo, son las de tratantes de animales de carga, fabricantes de alforjas, de ladrillos y de paños de lino, carniceros (con su propio rafali instalado en su domicilio y no en los puestos del mercado de la plaza vieja), molineros, barberos, alfareros, sastres, dentistas y hasta uno que actuó de pregonero y un segundo de médico, con cierto prestigio.

*Cronista oficial de Castelló