Descubren una relevante nueva sala en la cueva más conocida de Castellón

Les Coves de Sant Josep de la Vall d’Uixó parecen no tener fin. Esa es la sensación que se tiene desde que se intensificaron las incursiones e investigaciones espeleológicas en la cavidad, a partir del año 2016. Y es que son una fuente permanente de importantes descubrimientos, como el certificado este mismo año por el equipo integrado por espeleobuceadores del Grup EOM, el Espeleoclub la Vall y el Grupo Espeleológico del Alto Palancia. Es el hallazgo de una nueva sala, de suficiente entidad como para merecer ser conocida.

Ya tiene nombre, la han bautizado como la Sala d’En Guillem, porque fue Guillem Nebot, uno de los espeleólogos participantes, el que dio con ella. Describen que está ubicada al sur de la ya conocida como Galeria del Fang y «se accede por un conducto extremadamente estrecho», que no hace más que constatar que estos descubrimientos son sumamente trascendentes y también peligrosos, de ahí que estén reservados a expertos.

En cuanto a sus dimensiones, aseguran que «tiene una superficie de unos 70 metros cuadrados y una altura máxima de 18,40 metros». Precisan que estos datos han sido obtenidos «según nuestra topografía hecha con aparatos manuales, distanciómetro láser, brújula y clinómetro».

Ese fascinante momento, en el que Guillem Nebot, primer hombre en acceder a la sala, fue consciente de que la suya era una visión inédita, es decir, nunca antes alguien había documentado su entrada en aquel espacio, se produjo a principios de este año, pero la acreditación de todo lo descubierto y la elaboración del consiguiente informe -al que Mediterráneo ha tenido acceso- ha llevado un tiempo. Este mismo mes se ha entregado al Ayuntamiento.

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En la descripción de lo que han podido averiguar, resulta especialmente significativo, según precisan, que «lo más curioso es que el punto más alto de la Sala d’En Guillem está muy cerca del exterior». Para llegar a esta conclusión, se han basado en la topografía realizada en el año 1994 por Blázquez, Garay y Medina, que indica que la Galeria del Fang «está a 24,20 metros por debajo de la carretera de Alfondeguilla, así que el techo de la Sala d’En Guillem podría quedar tan solo a 5,80 metros de ese mismo nivel».

Riqueza geológica

Una vez dentro de esta relevante cavidad tallada en la roca por el agua a lo largo de siglos y siglos de existencia ajena a la influencia humana, el equipo de privilegiados espeleólogos se explayaron en la toma de documentación gráfica que demuestra que la nueva sala está repleta de formaciones propias de las profundidades terrestres, además de seres vivos habituados a la completa oscuridad y que, solo por ello, ya son fascinantes. Héctor Cardona, miembro del Espeleoclub la Vall y autor del informe, advierte que «todavía nos falta acabar de explorar algunos puntos de la Galeria del Fang». En concreto, hace referencia a «una chimenea bastante alta y la continuación de la propia galería en dirección al río Belcaire, lo que podría darnos alguna otra sorpresa».

Un equipo de especialistas del Espeleoclub la Vall iniciaron en el año 2020 «una revisión sistemática de la cavidad». Su pretensión cuando iniciaron el proyecto era «buscar posibles galerías laterales o superiores no exploradas ni topografiadas, para aumentar el conocimiento de la cueva». Ese empeño personal desinteresado, justificado en el ansia por saber y documentar lo que no es visible para la mayoría de los mortales está siendo una fuente de información de inestimable valor, como el hallazgo de una olla neolítica escondida cerca de la zona turística.