las claves de la campaña

La unidad política por la financiación se diluye durante la campaña electoral

Izquierda y derecha coinciden en cambiar el actual modelo, pero se cruzan reproches

Imagen de archivo de la manifestación por otra financiación autonómica el 20 de noviembre del 2021.

Imagen de archivo de la manifestación por otra financiación autonómica el 20 de noviembre del 2021. / EDUARDO RIPOLL

Diego Aitor San José

La imagen del 20 de noviembre de 2021 en las calles de València, Alicante y Castelló se repite en los programas electorales. Seguramente la reforma de la financiación autonómica sea el punto electoral en el que más coincidencia haya a izquierda y derecha. Todos -excepto Vox, contrario al modelo autonómico, aunque sí habla de territorios «infradotados»- están de acuerdo en que se ha de cambiar, que el actual es perjudicial para la Comunitat Valenciana, y que, además, se ha de tratar la deuda provocada hasta ahora. 

Sin embargo, la unidad en la esencia no ha impedido los reproches y críticas cruzadas cada vez que ha aparecido el debate en esta legislatura. La penúltima fue por el borrador de un esqueleto que el Ministerio de Hacienda propuso a las autonomías y que no acabó de convencer a nadie en la Comunitat Valenciana. 

Esta situación la aprovecha el PP en su propio programa electoral para este 28M para cargar contra el Gobierno central: «Se inventaron un esqueleto de financiación en base a datos de hace cinco años y ahí lo dejaron».

Alegaciones

La propuesta de aquel borrador por parte del departamento de María Jesús Montero parecía desencallar la reforma de un modelo que estaba caducado desde el 2014. Ese primer paso, sin embargo, no acabó de arrancar. Todas las autonomías presentaron sus alegaciones, la Comunitat Valenciana lo hizo con unanimidad en Les Corts, sin embargo, nunca hubo respuesta ni contrapropuesta por parte de Hacienda.  

Meses después, la financiación volvió una última ocasión al debate político. Fue hace un año cuando PP y PSOE admitieron en el ámbito estatal que esa reforma debía ser pospuesta hasta otra legislatura. Los populares han cargado desde entonces contra el «silencio y pasividad» de Ximo Puig ante Sánchez mientras que los socialistas replican que el PP no cambió el modelo cuando tenía mayoría absoluta, que son ellos y su líder Feijóo quienes bloquean cualquier tipo de pacto a nivel estatal y que, además, la Generalitat ha recibido desde el 2020 «la mayor aportación de recursos estatales de la historia», argumento que el PSPV plasma en su programa electoral.

Mientras, Unides Podem, Compromís y Ciudadanos han reprochado a las dos formaciones por la falta de acuerdos recuperando el mantra del «viejo bipartidismo» con el que crecieron a partir del 2015. De hecho, estos tres partidos vinculan el fracaso de la reforma de la financiación a alguna de las fortalezas de su campaña. Quien ha hecho de este asunto un punto central en su campaña ha sido Joan Baldoví. 

Ya es toda una declaración de intenciones que «financiación justa y defensa de los derechos de los valencianos» sea el primer punto que aparece en el programa de Compromís. Los del guiño y la sonrisa han exhibido durante toda la campaña su estricta obediencia valenciana para postularse como el motor de un futuro Botànic «más reivindicativo».

Cupos navarro y vasco

Para Ciudadanos la falta de un nuevo modelo de financiación forma parte de su estrategia de criticar el tacticismo de PP y PSOE para no pactar en pos de una política útil y criticar las ventajas que tienen los cupos navarro y vasco. 

Por último, en Unides Podem incluyen la reforma de la financiación dentro de un cambio de modelo territorial hacia una «federalización» de España y a una reforma fiscal de calado. H

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