Abstención, el enemigo a batir en Castellón

La bolsa de quienes no votaron en el año 2019 fue de 104.527 electores, el equivalente a los sufragios promedio precisos para elegir a ocho diputados

Vecinos de Castelló emiten su derecho al voto en las elecciones autonómicas y generales de abril de 2019.

Vecinos de Castelló emiten su derecho al voto en las elecciones autonómicas y generales de abril de 2019. / Mediterráneo

Maribel Amoriza

Maribel Amoriza

La lideresa de Sumar, vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz, no se postula en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo (28M) pero sí acaba de pedir a sus inscritos y simpatizantes que acudan a las urnas para apoyar a partidos progresistas. La primera y principal consigna es la de «evitar la abstención». Y hace bien. Cuando los márgenes son tan estrechos como en esta ocasión, en la que las perspectivas baten récords en este sentido, todo voto cuenta y, al final, quien se ha quedado en casa podría decidir el color de más de un gobierno municipal, el autonómico o la Diputación.

De hecho, el expresidente popular del Ejecutivo estatal, Mariano Rajoy, ya advirtió en Castellón, en el acto de presentación de la candidatura de la alcaldable de la capital, Begoña Carrasco, que hay que «movilizarse», precisamente porque la victoria de uno un otro bloque, derechas o izquierdas va a volver a depender de muy poco.

Al día siguiente de la visita de Rajoy, el actual titular de Moncloa, el socialista Pedro Sánchez, repitió el mensaje de la movilización, aunque eludió explicitar las razones de forma clara. Sin embargo, son las mismas.

Números provinciales

El poder de quedarse en casa puede medirse en números, al igual que en otras circunscripciones, en la provincia de Castellón. En 2019, en este territorio, los electores que no ejercieron su derecho al voto sumaron un total de 104.527. Si se divide esta cifra por el precio medio del escaño en Les Corts Valencianes, resulta que equivaldrían a ocho diputados. Es una cuenta que solo sirve para dar una idea de la importancia de la abstención.

Esos más de cien mil votos que se perdieron supusieron el 24,9% de un censo total de 419.771 electores, una proporción que, sin embargo, fue cuatro puntos menor que el 28,92 cuantificado en los comicios autonómicos de 2015.

Entre una y otra convocatoria hubo diferencias, en el sentido de que hace cuatro años las urnas se abrieron para elegir a los integrantes de Les Corts un mes antes que las municipales, debido al hecho histórico de que el president de la Generalitat --en ese momento el socialista Ximo Puig-- decidió ejercer su derecho a modificar la fecha electoral y quiso hacerla coincidir con las generales.

Sin embargo, en 2015, la cita fue similar a la del 28M de este año desde el punto de vista del contenido, ya que fue y ahora es también para decidir en los ayuntamientos y en el Parlament.

Ya en la última convocatoria la mayoría absoluta en Les Corts --50 escaños-- solo fue posible por la mínima y gracias al acuerdo del Botànic entre tres partidos, que sumaron apenas 52 diputados, mientras que el bloque de la derecha se quedó en 47. Así las cosas y teniendo en cuenta que las encuestas apuntan hacia resultados aún más ajustados, lograr que cada simpatizante se acerque a su colegio electoral a depositar su papeleta es un empeño que no solo se pone en evidencia del lado de los dos grandes partidos, PSPV y PP, sino del resto también, ya que serán los pequeños los que tendrán la llave.

Nuevo escenario

El escenario tiene una novedad destacada, una proyección sobre cuya materialización casi nadie duda. Es la salida del hemiciclo autonómico de Ciudadanos. La marca naranja obtuvo nada menos que cuatro escaños por Castellón en 2019, que ahora se espera que vayan en su mayoría la PP si se confirma que no alcancen el 5% de los votos de la circunscripción única en la Comunitat. Pese a todo, los populares parecen abocados a pactar, con toda probabilidad, con Vox.

Del lado de las izquierdas, la mayor incertidumbre está el acceso o no a Les Corts de Unides Podem-EU, socio necesario para reeditar el Consell que ahora dirige el Palau de la Generalitat.

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